El Palacio de los Deportes se vistió de fiesta albergando la gran final de la Euroliga entre el Real Madrid y Olympiacos luego de siete meses de competición. Y en esta gran noche hubo presencia argentina que otra vez ponen su nombre en los más alto de este deporte.

De la mano de Andrés Nocioni, el conjunto blanco se quedó con el trofeo grande del viejo continente, además de quedarse con el premio al jugador más valioso de la noche (MVP) con sus grandes aportes durante todo el juego y su gran labor a lo largo de la temporada. Quien también festejó pero sin poder tener minutos fue Facundo Campazzo, otra vez alzándose con un título.

 Ya desde su primer ingreso al rectángulo de juego, el "Chapu" derrochó lo más sabe mostrar: sacrificio, garra y mucha energía para empezar a ser clave en el andamiaje colectivo del Madrid. Otro de los más destacdos fue Rudy Fernández, siempre claro en la base y siendo eje central en el armado de acciones ofensivas que culminaba con la gran mano de Jonas Maciulis

Pero enfrente, un rival de fuste. Un equipo que jamás se rindió y que no queria quedarse atrás y le jugó de igual a igual en mayores pasajaes del primer tiempo. En los momentos de mayores complicaciones aparecieron las armas fuertes del "Merengue". Primero Jaycee Carroll para calmar las aguas y recuperar terreno junto con Nocioni y Fernández más la férrea defensa que de a poco fue ajustando para evitar cualquier tipo de sobresaltos.

A partir de la ventaja sacada en el segundo tiempo, el Real mejoró los hilos del partido y se encaminó al final para festejar ante un rival que no pudo desplegar todo su poderío en la segunda parte, obstaculizado por los españoles que después de dos décadas vuelven a quedarse con el premio mayor de Europa y reivindicarse al mundo del básquet.

Andrés Nocioni, el hombre de 35 años registró  12 puntos (1/3 dobles, 2/3 triples y 4/4 libres), 7 rebotes, 1 robo, 2 pérdidas, 2 asistencias y 2 tapones en 22m26s. Sin dudas en su mejor versión, dando muestras de todo su oficio. Mientras que Campazzo vivió toda la alegría desde el banco si ningún minuto en cancha.

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