El cordobés terminó su cuarto año en la NBA, con la eliminación de Clippers en cuartos de final de conferencia, en manos de Portland Trail Blazzers. El gran factor de la derrota fue la lesión durante la serie del base titular y estrella del equipo, Chris Paul, sumado a otra lesión del joven Blake Griffin. "Sin Chris es muy difícil para este equipo, él mueve todo. Un partido se podía rascar, pero sin ellos era casi imposible sacar una serie", opinó Pablo.

 "Creo que voy a jugar un año más. Quiero jugar un año más" dice Prigioni sobre su futuro. Con 39 años, el ex jugador de Houston Rockets y New York Knicks cree que tiene más hilo en el carretel, pero asegura que su destino no depende cien por ciento de su persona. La vida de su familia influye mucho y quiere lo mejor para sus hijos: "Son muchas cosas las que pongo sobre la mesa, y ahora más que nunca mi familia. El no mover a los chicos de ciudad y de colegio sería un puntazo. Me siguieron a todos lados e hicieron un gran esfuerzo por mi, y ahora tengo que prestarles más atención"

 Los Clippers, una posibilidad. Por más que de seguir, le gustaría continuar en su actual franquicia, no sabe que aún que ofertas tendrá sobre la mesa. Si se da la opción de seguir en Los Ángeles, de seguro será la más considerable por Pablo, pero de no ser así, le gustaría continuar en Estados Unidos o emigrar a España, donde ya tuvo un paso con un excelente nivel; "La prioridad sería mantenerme acá." [...] "Si no está esa opción, quizás si me plantee ir un año a Europa."

 Otro tema abarcado fue el del rol que tuvo este año en su equipo, en el que no fue protagonista, sino que participó de la rotación con pocos minutos, teniendo en cuenta que en su posición tenía al ya mencionado Chris Paul. "Empecé sin jugar el primer mes y medio. Después entré en la rotación casi hasta los playoffs, donde no jugué hasta que pasó lo de las lesiones. Yo sabía el rol que tenía y lo había aceptado, pero obviamente que se hace difícil, uno siempre quiere jugar más. También es cierto que cumplí 39 años y no sé si me da el cuero para hacerlo. El ritmo que tiene esta competición es tremendo."

 Algo que decartó es volver a jugar en Argentina: "A veces pensé en jugar en Argentina, pero es muy difícil porque es incompatible con la dirección en la que van mis hijos con el estudio y mi familia en general, los ciclos del colegio son diferentes." Otra puerta que dejó abierta fue la de un futuro como entranador.

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