El 3 de noviembre de 1950, de la mano del entrenador Jorge Hugo Canavesi, la Selección se quedó con el primer Mundial organizado por la FIBA y con Argentina como sede. Sin ninguna duda, el acontecimiento más relevante de esta década y una fecha difícil de no recordar.

En un Luna Park repleto, todos los amantes de este deporte se juntaron para vivir uno de los momentos inolvidables del básquet argentino. Con una victoria ante EE.UU por 64-50, llegando invicto a la final, el conjunto Albiceleste se quedó con la copa y festejó frente a 20.000 almas. Evento que pasó a denominarse como "La Noche de las Antorchas".

"El campeonato logrado fue el resultado de un trabajo en equipo y esfuerzo en conjunto, lleno de amistad. Hoy estamos todos los que vivimos, lo único que pido es que estos ejemplos se transmitan para que todos los pibes puedan sentarse en un banco de Juveniles y todos los juveniles puedan sentarse en el banco de la Primera. Que no mueran los clubes. ¡Viva el básquet!", estas fueron las palabras del coach en un acto de conmemoración.

Entre sus referentes estaban Ricardo González (capitán del equipo), Oscar “Pillin” Furlong (MVP del torneo) y Hugo Del Vecchio. Dos años más tarde, estos mismos protagonistas lograron el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Helsinki (Finlandia).

Esta década tuvo a Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque en lo más alto. Con nueve títulos en su poder, fue parte de la época hegemónica del básquet local. Otro que se destacó fue el Club Palermo, que hizo una gira por Europa en el año 1951, venciendo a grandes figuras y quedando en la historia. A la vez, se disputaron los primeros Panamericanos y Argentina logró la medalla de plata. En 1954, el seleccionado nacional no pudo ir al Mundial de Brasil por no tener relación diplomática.

Sin embargo, no todo fue color de rosas para los campeones mundiales de 1950. En el año 1956, con la Revolución Libertadora que había derrocado a Juan Domingo Perón, se abrió una investigación contra todos los jugadores que habían obtenido el título. ¿Por qué motivo? En ese momento predominaba el deporte amateur y estos fueron llamados "profesionales" porque recibieron un auto como premio de parte del gobierno peronista. Esto fue considerado como un beneficio económico, ya que el precio que abonaban era inferior al precio de mercado en Argentina. Es por eso que la CABB (Confederación Argentina de Básquetbol) tomó la decisión de clausurarlos de por vida. Sanción que 11 años más tarde se hizo justicia y se levantó.

Con referencia a este proceso, León Najnudel, fallecido creador de la Liga Nacional de Básquetbol, lo bautizó como el “genocidio deportivo”.

Sin poder creer lo que había ocurrido y todavía sintiendo el duro golpe, la Selección viajó a Santiago de Chile para disputar el Sudamericano y consiguió el cuarto lugar. Finalmente, luego de no haber dicho presente en el Mundial de Brasil, Argentina regresó con un fracaso: décimo puesto para los dirigidos por Pedro Pasquinelli, en Chile.