El objetivo del Xeneize para esta temporada es, sin dudas, cambiar la imagen que dejó en el torneo pasado. De la mano de Adrián Capelli, el conjunto de la Ribera se salvó de disputar la serie por el descenso. Una victoria necesaria en la última fecha ante San Lorenzo, último campeón de la Liga, le dio la permanencia en la LNB. La misión fue cumplida, pero en el barrio de La Boca quedó mucho hilo por cortar.

Luego del cierre de la temporada 2015/16, el entrenador Capelli dio un paso al costado y fue a probar suerte a Atenas. Es por eso que la dirigencia boquense decidió que su reemplazante sea Ronaldo Córdoba, regresando al club luego de dos temporadas afuera.

Salvo Lucas Gargallo, quien firmó por tres temporadas más en el Xeneize, los demás jugadores decidieron tomar otro rumbo. El caso que más repercutió fue el de Adrián Boccia, que en un principio parecía que iba a seguir en Boca, pero ahora emigró a Santiago del Estero para jugar con Olímpico La Banda. Otros que se fueron son Nicolás Ferreyra, también al conjunto de Fernando Duró, y Kevin Hernández partió a Ferro Carril Oeste.

Las incorporaciones no tardaron en llegar y en el auriazul ya se conocen nombres nuevos. Eduardo Vasirani, pivote ex Gimnasia de La Plata; Lucas Pérez, base que viene de Quimsa, y Agustín Caffaro, de 2,08 metros con pasado en Huracán de Trelew, son algunos de los players que llegaron a la institución. Otros nombres como el de Fernando Funes, ex escolta de Argentino de Junín y Facundo López Banegas, con inferiores en Boca, regresan al club para disputar la temporada 2016/17.

Por otra parte, el profe Córdoba estuvo de viaje por Estados Unidos con la finalidad de observar jugadores del exterior, porque la intención del cuerpo técnico es sumar a algún extranjero.

Es claro que el Xeneize no se está armando como para luchar en los primeros puestos, pero Boca es un club grande y siempre va a dar pelea.