Independiente fue de visita a Misiones, tras 29 años, en busca de un triunfo que lo depositara otra vez en puestos de ascenso. Sin embargo, las expectativas se esfumaron y Crucero del Norte, de tan sólo 24 años de existencia, logró un triunfo histórico que pudo ser más abultado de no ser por la buena actuación del Ruso Rodríguez. La grama bahiana y sus propias imprecisiones condenaron al Rojo.

El local arrancó mejor, aprovechando el complicado césped y madrugó a Independiente. A los dos minutos, tras un córner ejecutado por el ex Rojo, Enzo Bruno, Crucero abrió el marcador con un cabezazo de Cálgaro, quien entró como una tromba desde atrás (Ojeda pierde la marca). Así comenzaron los dirigidos por Omar De Felippe, perdiendo casi desde el vestuario, pero no se quedaron. A los tumbos fue el Diablo en busca del empate, cuesta arriba y con una pelota que se trababa por la altura del pasto. A los cuatro, Fredes calló en el área por un toque debajo de Caffa, pero el árbitro Fernando Rapallini vio simulación y amonestó al mediocampista.

El partido se hizo de ida y vuelta, con los norteños generando un poco más en ataque. Después del primer cuarto de hora, Independiente tuvo las mejores situaciones, con una chilena de Fredes a las manos del arquero y arremetidas de Mancuello.

A los 22, llegaría el empate de la visita. Daniel Montenegro transformó en gol un tiro libre desde la izquierda, pasando la pelota por arriba de la barrera y desatando la ilusión de los hinchas neutrales que se acercaron al estadio.

A partir de allí, el Rojo pudo aumentar la cuenta con los tiros débiles de Zapata y sin puntería de Mancuello. Rapallini tuvo una floja labor y no cobró algunas faltas a favor de Independiente, lo que desató la ira de los hermanos De Felippe en el banco.

Con el Rojo tirado al ataque, Crucero del Norte se paró de contra y consiguió el 2-1 a los 35, tras una mala salida de Lucas Villalba. Olivares tocó para Cólzera, quien hizo la pared y Olivares envió el centro para la entrada de Álvarez que fusiló a Diego Rodríguez. En el mejor momento de Independiente, otra vez a remar en desventaja. Tuvo un disparo de afuera de Vidal y un par de tiros libres que no supo definir y así se fueron ambos al vestuario, con la promesa de más goles.

En el complemento, los misioneros casi primerean de nuevo a los de Avellaneda a los doce segundos. Álvarez no llegó a conectar un centro de Olivares y Cáceres sacó la pelota al córner. A los ocho entró Matías Pisano, por Zapata, para darle alternativas en ataque al Rojo que se lanzó al ataque y no pudo empatarlo.

Vidal intentó varias veces desde afuera pero estuvo con poca puntería, también intentó Montenegro sin suerte. Mientras, Crucero jugaba de contra, con buenas actuaciones de Olivera y Cólzera por derecha, y complicaba a la defensa rival. Rapallini no cobró una clara falta a Penco en la puerta del área y, en la réplica, el conjunto amarillo casi aumenta la cuenta por medio de Enzo Bruno, pero Rodríguez salvó con su pecho.

A los 32 se definiría en resultado. Con Independiente tirado al ataque, con el ingreso de Menéndez por Villalba (de flojo partido), Bruno fue hasta el fondo por izquierda y puso el centro atrás para que Álvarez convierta el segundo de su cuenta y selle el 3-1 para el local.

El resto, fueron intentos de jugar por debajo del Rojo, aunque sin claridad y con imprecisiones, y la tranquilidad de los dirigidos por Schurrer, impulsados por el aliento de su gente que mandaba con cantos a su rival para Avellaneda con el “arco” roto.

Crucero del Norte, de gran segunda parte del torneo, volvió a hacer valer su juego de local, donde sólo perdió dos partidos, y alcanzó a Instituto en el tercer puesto. Independiente no juega bien, no convierte las que tiene y sigue dejando pasar oportunidades. El ascenso, en medio de una profunda crisis institucional, parece cada vez más lejano para el Rojo.

Los goles del partido