La escena es la siguiente. Londres, abril del 2006. Hotel de concentración del Villarreal del ex entrenador de San Lorenzo y River, Manuel Pellegrini, a la espera de afrontar el primer partido de semifinales de la temporada 2005/2006 de la Champions League. Dos escoceses alteran la tranquilidad del lobby, abandonan momentáneamente sus paraguas en la entrada y se dirigen a la recepción. Tímido intercambio de saludos con el recepcionista del lugar, que rápidamente los pone en contacto con el número de habitación solicitado.
Siete años después, el que cuenta el final de la historia que no pudo ser, en una más cercana y menos lluviosa Buenos Aires, es el protagonista arrepentido: Juan Román Riquelme.
“Tal vez, el día en que le dije que no al Manchester United. Esto fue antes de la semifinal de la Champions contra el Arsenal. (Alex) Ferguson vino a verme al hotel antes del partido. Le pregunté al presidente del Villarreal si pensaba en venderme y el respondió que nosotros vendemos el club antes de vender a Riquelme. Así que le dije no, gracias al Manchester United. Esto es tal vez lo único de lo que me pueda arrepentir. De lo contrario, nada. Acá estoy en mi casa, jugando con la camiseta de Boca que es algo increíble y por lo menos, tan importante como jugar con la de la selección argentina”.
La pregunta, forma parte del tramo final de la entrevista que la revista francesa So Foot, le realizó en Buenos Aires al que ellos mismos consideran como uno de los “dernier numéro 10” o últimos diez de la actualidad. La declaración, balance, arrepentimiento, del jugador argentino de 35 años se puede ver en la página web de la publicación con motivo de la celebración de su décimo aniversario.
Ni la cláusula de rescisión de 60 millones de euros de la que hablaba en su momento, José Manuel Llaneza, dirigente del Villarreal, ni los 12 millones que el Manchester ofrecía por los servicios de Riquelme. Nada movió a Fernando Roig, presidente del equipo español, a llegar a ponerle precio a quién en esa temporada, terminaría siendo distinguido como el Mejor Jugador de La Liga según el diario deportivo Marca y el Mejor Asistidor y Segundo Mejor Jugador Extranjero, por la Liga de Fútbol Profesional de España.
Los Ferguson, Alex y su hermano Martin, ojeador del Manchester United se fueron como habían llegado y al otro día, en Highbury Park, vieron como el Arsenal se quedaba con esa primera semifinal 1 a 0, con gol de Touré. No era la primera vez que veían a Riquelme en Inglaterra durante esa temporada. El equipo inglés era parte del grupo que completaban los españoles en su primera experiencia en Europa, Benfica y Lille. Empataron 0 a 0 tanto en el Madrigal, en el partido inaugural del grupo D, como en Old Trafford. El United se despidió temprano en la competición, generando una de las decepciones de la primera ronda, mientras que Benfica y Villarreal, avanzaron de ronda.
Una semana más tarde de aquella noche de Londres, en la revancha de local, el Villarreal empataría a cero contra el Arsenal y Jens Lheman se quedaría con un penal ejecutado por Riquelme en el último minuto. No hubo prórroga y el Villarreal se despedía de la Liga de Campeones, después de haber eliminado en su paso hasta ser parte de los mejores cuatro equipos de Europa, al Glasgow Rangers de Escocia, e Inter de Milán.
En la final del Stade de France de Paris, el Arsenal comenzaría ganando el partido con gol de Sol Cambell pero, en menos de cinco minutos y a diez para el final, el Barcelona de los argentinos Lionel Messi y Maxi López, lo daría vuelta con goles de Samuel Eto´o y Silvinho.
La mejor campaña de la historia del equipo español, y el comienzo del fin de Juan Román Riquelme en su paso por España. La tirante relación con parte de la directiva y con el entrenador del equipo, Manuel Pellegrini se terminaría por romper y después de varias idas y vueltas, el jugador volvería a Boca en febrero del 2007 y a préstamo –tenía contrato con el club español hasta el 2008-, para ser jugador del club argentino, a finales del mismo año.
La ficha FIFA de Riquelme recuerda que en el Villarreal, el diez jugó 143 partidos y marcó 46 goles. En cambio, no llegó a disputar ningún partido como local en Old Trafford y sus goles con el equipo de Ferguson nunca se gritaron. Quizás ese sea el último arrepentimiento, del último diez.