La primera final de la Supercopa de España se quedó en un justo y entretenido empate entre el Atlético de Madrid de Diego Simeone y el Barcelona de Gerardo Martino. Fue un 1 a 1 en el Vicente Calderón que deja, si bien abierta, la definición un poco más inclinada para el equipo catalán. A los doce minutos del primer tiempo, David Villa abrió el marcador para el equipo madrileño, con un golazo de volea. Empató Neymar de cabeza, tras definir al primer palo del Curtois, en el minuto sesenta y seis.
A golpe de cotidianeidad y resultados en partidos definitorios –cuatro en las últimas dos temporadas-, el Atlético de Madrid de Diego Simeone aprendió a jugar finales. Con la partida de Radamel Falcao al Mónaco, el equipo rojiblanco se quedó sin un jugador con características para ganar un partido por si solo y esa debilidad, el entrenador ex Racing y River lo contrarrestó con un equipo. Con once hombres concientes de sus fortalezas, pero más conciente de lo que no pueden siquiera imaginar hacer. “El esfuerzo no se negocia” dice Simeone y sus jugadores lo entendieron. Así, partiendo desde el esfuerzo, el Atlético salió a disputar la pelota lejos de su área, rompiendo circuitos y asociaciones a un Barcelona muy estático y con poca verticalidad. A los doce minutos, robo a Messi y salida muy rápida. Villa retrocede hasta la mitad del campo, primero para armar –pivotéa con Gaby que a la vez, abre hacía la izquierda con Turan- y va a buscar al borde del área la devolución. El centro del jugador turco es preciso y sin que la pelota toque el suelo, el Guaje ex Barcelona, abría el marcado ante su ex club.
A partir de entonces, dos líneas. Una de cuatro esperando casi al borde de su propia área y una de cinco, los cuatro volantes más el retroceso de Diego Costa para impedir la subida de Jordi Alba o mejor aún, aprovechar esa banda cuando el lateral lo conseguía.
Así se jugó la media hora siguiente de esa primera parte. "Estoy orgulloso de mis jugadores. Hicimos un primer tiempo impresionante. Me atrevería a decir que fue una de las mejores primeras partes en finales que jugamos”, decía Simeone en la rueda de prensa post partido. Mario Suarez y Gabi en la mitad de cancha cortaron todo lo que pudieron y cuando no, lo hacían con faltas que no por fuertes, entorpecían el habitual ritmo de ataque catalán. Iniesta y Xavi recibían lejos de donde suelen molestar. Pedro se mantenía poco involucrado en el juego y por la otra banda, Dani Alves y el chileno Alexis Sánchez perdían frente a Arda, Filipe Luis o Godín, cuando se empecinaban a trasladar con demasía la pelota. Messi, el que tiene que aparecer cuando nada más sirve, lo hizo a cuenta gotas. Una asistencia de zurda sobre la última línea del Atlético que desperdició Pedro, y un zurdazo tras una diagonal de derecha a izquierda que se iría lejos por sobre el travesaño. Siempre lejos del arco, siempre incómodo. El Barcelona había caído en la red. Los planteos de este tipo el equipo catalán los sigue sufriendo y Martino comentaba sobre el trabajo para contrarrestar este tipo de estructuras defensivas: "más movilidad, más precisión, hacer desmarques más profundos, estirar al equipo rival. No es fácil, cuesta, y más al Barcelona. Hay que mirar al rival. Seguiremos insistiendo de la misma manera, alternando por afuera y por adentro. El Barça juega siempre de la misma manera pero intentaremos darle mucha más dinámica y muchas más variantes".
El segundo tiempo comenzó con una baja, algo que comienza a preocupar a más de un cuerpo técnico. Messi no saltó al campo y su lugar lo ocupaba Cesc Fábregas. Algunos gestos y su mano sobre el recto posterior de su pierna izquierda, que se habían visto durante la primera parte y el primer diagnóstico: contusión en la parte posterior del muslo izquierdo.
Con la entrada de Fábregas el Barcelona cambió. Busquets, Xavi e Iniesta ganaron terreno en la mitad de cancha y Fábregas, algo más movedizo en esos minutos que todos sus compañeros durante el primer tiempo, comenzó a ser menos previsible en sus movimientos para Gabi y Juanfran, recostado sobre la izquierda. Martino vio que por ahí podía desequilibrar y antes del cuarto de hora de esa parte envió a Neymar por Pedro. Era el mejor momento del Barcelona y llegó el empate. La segunda pelota con la que contactó el brasileño, fue gol. Habían pasado seis minutos. De cabeza y lejos de la jugada, sorprendió a Juanfran por detrás, le gana en el salto y define abajo y de pique al suelo, sobre el primer palo de Courtois.
El resultado no se iba a mover hasta el final. El Barcelona siguió mejor y lo tuvieron Alexis, tapó el arquero del Atlético- y Fábregas, en el rebote de otra buena intervención del uno belga, pero su remate fue trabado por la defensa local. También lo tuvo David Villa, tras un descuido de Piqué, resuelto a medias entre Javier Mascherano y Valdes. Fue la única del equipo de Simeone en ese tiempo.
"Creo que apretamos un poco más en la segunda parte y el equipo empezó a ganar las pelotas divididas porque le pusimos más intensidad a la hora de pelear el balón. En la primera se lo llevaba el Atlético y en la segunda lo hicimos nosotros y por eso logramos el empate", explicaba el defensor argentino ex Liverpool y River, a modo de resumen, algo en lo que también coincidió Gerardo Martino: “El partido en sí creo que tuvo momentos distintos. Hubieron momentos en que estuvo mejor el Atleti, momentos en que nosotros tuvimos más el dominio. Hubieron pocas situaciones de gol, fue un partido muy intenso, en el que estuvo muy clara la propuesta del Barcelona y la del Atlético. No hubo sorpresas. Nosotros esperábamos el planteamiento suyo y el Atleti esperaba el nuestro. En general el resultado es justo".
Por su parte Diego Simeone se mostró positivo de cara a lo que viene, la próxima semana en el Camp Nou: "La eliminatoria está abierta hay un partido importante en el campo de ellos. Tendremos que hacer un esfuerzo muy grande para mantener el ritmo y el juego que hicimos esta noche para poder seguir en esta línea, que es lo que interesa". Además, el Cholo consideró que “el resultado, que más allá de dominar en el terreno y con el 1-0, me voy con la sensación de que la eliminatoria está siempre abierta. Hay resultados posibles para conseguir la Supercopa: lo que siempre se intenta es ganar, pero también un 2-2, un 3-3 nos podría dar el título".