Apenas finalizó la Copa del Mundo en Brasil y el subcampeonato de la Selección Argentina, falleció el titular de la Asociación de Fútbol Argentino, Julio Grondona, luego de 35 años de gobierno al mando. Pero antes de su deceso, junto a los dirigentes de la AFA decidió cambiar el formato del torneo de Primera y extenderlo a 30 equipos.
En primera instancia, esa idea parecía lejos de concretarse, sin a¡embargo luego de la pérdida física de Grondona, la cúpula dirigencial, en honor a su idea, decidieron establecerlo, con un torneo sin descensos pero manteniendo los promeidos y dividiendo en dos zonas de 11 equipos a los 22 conjuntos de la B Nacional, con cinco ascensos cada una para lograr los 10 nuevos cupos a la A.
A los clubes de la categoría inferior les gustó la idea, porque en seis meses podrían lograr un lugar en la Primera División, más aún a elencos que venían de la B Metropolitana o el Torneo Argentino A. No así a los de Primera, por el tema de repartir ganancias por derechos de televisación. A pesar de las fuerzas dispares, se dio por hecho el campeonato de 30.
Una de las ideas del difunto ex presidente era la de federalizar el torneo de elite, por la abundante presencia de equipos de Capital Federal y Gran Buenos Aires, más los dos rosarinos y no más de cinco equipos del interior del país. No obstante, con los 10 ascensos no se logró el cometido, porque solo subieron Crucero del Norte (Misiones) y San Martín (San Juan) como representantes de las provincias, sumados a Aldosivi (Mar del Plata) y Sarmiento (Junín), que son de Buenos Aires, y Colón y Unión de Santa Fe, que es la segunda provincia con más influencia. En síntesis, de los 30 equipos solo habrán cuatro no bonaerenses o santafesinos (solo el Belgrano cordobés y el Godoy Cruz mendocino se suman al Santo sanjuanino y al Colectivero misionero). ¿Federalización?
La idea estuvo mal plasmada desde el vamos, porque en las dos zonas hubo mixtura de elencos del Interior y de Buenos Aires, en vez de ordenar un grupo en "bonaerenses y santafesinos" y otro con el resto de los equipos, donde hubiese habido cordobeses (Instituto y Sportivo Belgrano), jujeños (Gimnasia), correntinos (Boca Unidos), misioneros (Guaraní y Crucero), entrerrianos (Patronato), tucumanos (Atlético Tucumán), sanjuaninos (San Martín), mendocinos (Independiente Rivadavia) y alguno del interior de Buenos Aires (Sarmiento, Aldosivi, Santamarina o Douglas Haig) para garantizar federalismo. Pero no ha ocurrido.
La lucha entre Buenos Aires y el Interior será continua por una puja de intereses, además que desde que está instalado en el Profesionalismo en 1931 tan solo Newell´s y Rosario Central salieron campeones de Primera División fuera de territorio bonaerense (Talleres de Córdoba también, pero en la Copa Conmebol). Eso demuestra el poco poder que reúnen el resto de las 22 provincias argentinas.
La Copa Argentina y el estímulo de clasificar a la Copa Libertadores para el que la gana es un buen paso hacia la integración, más considerando que un equipo de ascenso tranquilamente puede hacerle fuerza a un elenco de la A, a diferencia de lo que pasa en Europa, donde en las copas locales hay goleadas estrepitosas. Sin embargo, la brecha es aún grande y la concentración del público y el poder económico sigue en el GBA. No lo cambia ni siquiera un campeonato de 30.