"Si lo logran, pueden pedir lo que quieran". Así de contundente fue el mensaje del presidente Evo Morales. El destinatario, la selección boliviana de fútbol, con su flamante técnico Baldivieso a la cabeza, que mañana jueves desde las 17:00 hora Argentina, frente a Uruguay, comenzará su sueño que los despierte en Rusia 2018. Se espera un estadio repleto.

Sin dudas que el conjunto Verde está en una etapa de renovación. Con un entrenador joven y de gran proyección, y una sumatoria de jugadores jóvenes, Bolivia quiere volver a un Mundial tras 24 años. Y para eso sabe que la ventaja de jugar en La Paz, a 3650 metros de altura, es fundamental.

Es por eso que bajo las órdenes del preparador físico todo el plantel, en tandas de 12 jugadores, pasaron por la cámara hiperbólica, para una mejor ambientación. 

Quien también sabe esto es la Celeste, que nunca ha ganado en el Altiplano, y que planea volcar un equipo más atlético que técnico. El Maestro Tabárez decidió esperar hasta último momento para arribar a la Paz. Y el Cebolla Rodríguez, titular mañana, afirmó que "es un infierno jugar en la altura".

Bolivia saldrá a la cancha con: Daniel Vaca; Zampiery, Zenteno, Marteli, Torrico; Veizaga, Raúl Castro, Chumacero; Jhasmani Campos; Juan Carlos Arce, Duk. Mientras que Uruguay jugará con: Muslera; Cáceres, Giménez, Godín, Pereira; Carlos Sánchez, Corujo, Álvaro González, Cebolla Rodríguez; Abel Hernández, Stuani.

Hernández y Stuani compartirán el ataque desde el arranque por primera vez, mientras que Maxi Pereira y Arévalo Ríos estarán en el banco. Claras muestras de que lo que busca el equipo es velocidad y aguante por encima de la técnica.