Este lunes cerró la sexta fecha con un gran partido. Quilmes venció en uno de los clásicos del sur a Arsenal por 4-0. El equipo de Quattrocchi golpeó en los momentos claves y se aprovechó de un equipo impotente para gozar ante el rival eterno.

En el comienzo del partido, el equipo visitante inició mejor. Los de Sarandí movieron bien la pelota por abajo y explotaron las bandas para llegar al área. A los diez minutos el marcador pudo haberse abierto cuando un remate de tiro libre de Aleman besó el poste izquierdo del arco que protegió Dulcich.

Tras el intento del ex Tatengue, el Viaducto siguió imponiendo su ritmo pero no pudo inclinar la balanza a su favor y esto lo pagó a los veintiún minutos. Sarmiento recibió la pelota en mitad de cancha y el mediocampo de Arsenal siempre retrocedió, nunca se acercó al delantero. Así, el ex All Boys, sacó un remate de media distancia, esquinado a la izquierda de Andrada y el arquero no pudo hacer nada para evitar el 1-0.

Tras la apertura del marcador la visita siguió siendo la dominadora de la posesión de balón. El equipo de Palermo siguió intentando por las bandas pero jamás pudo imponerse en tres cuartos de cancha para igualar el juego. Del otro lado, el local apostó al contraataque. Como los celestes y rojos intentaron atacar con varios hombres, ofrecieron espacios en el fondo pero los vestidos de blanco no pudieron aprovechar esta situación y el resultado siguió siendo el mismo al descanso.

En el complemento, el juego no cambió. El Viaducto fue quien propuso el juego pero le siguió faltando peso ofensivo y así sus ataques se diluyeron sin generar chances de riesgo. La falta de poderío que no tuvo la visita, la volvió a sentir a los trece minutos. Scifo trabó en la mitad de cancha a Marcone y la pelota le quedó a Cabrera quien sacó un remate fortísimo que tapó pero no controló Andrada. El balón cayó a los pies de Klusener y el delantero sólo tuvo que empujarla para un 2-0 que terminó de sentenciar el juego.

Lo sentenció no por la diferencia, sino por el golpe anímico que generó. Arsenal se desdibujó, desordenó y jugó muy mal. Quilmes se apropió de la pelota y tuvo varios remates ante la mala marca de los dirigidos por Palermo. Los encargados de hundir al Viaducto fueron López y el ingresado Adrián Fernández. El primero sacó un remate de afuera del área: la pelota rebotó en un defensor, se elevó pero siguió su rumbo y la fortuna encontró a un Andrada mal parado para el 3-0. En el cierre, cuando la Cerveza ya estaba destapada y la fiesta revoloteaba en el Estadio Centenario, el ex Independiente recibió un excelente centro de Scifo y cabeceó cómodo para dar el 4-0 definitivo.

De esta manera, el elenco de Quattrocchi consiguió su primer triunfo en el certamen en el momento más indicado. Ante el clásico rival, en casa y humillándolo con un estilo de juego que terminó gustando, ganó y goleó. Ahora el Cervecero irá a la caza de Independiente, al Libertadores de América, el sábado a las 20:30.

Arsenal sigue sin poder sumar de visitante pero esta derrota, obviamente, es más dolorosa que las anteriores. El celeste y rojo deberá reponerse ya que el domingo 21:30 tendrá un durísimo partido ante el River de Gallardo, que viene en alza y como líder del torneo.

Los goles