Una vez finalizada el torneo de la Primera B Nacional, Sergio Rondina esperaba que alguna oferta le llegara debido a su buena campaña con Villa Dálmine. Es que con el Violeta, logró pelear hasta las últimas fechas un lugar por entrar en el Reducido por un boleto a Primera División. Pero lo que él no aguardaba, es que recibiera una oferta para dirigir en la máxima categoría del fútbol argentino.
Tras la polémica salida de Caruso Lombardi, Julio Grondona Hijo salió en busca de un reemplazo y puso los ojos en el entrenador de 44 años. Rondina no lo dudó, y aceptó el mayor reto de su corta carrera como DT, al dirigir en Primera.
Desde su llegada al conjunto de Sarandí, Rondina hizo eje en tener un equipo que se consolide en mitad de cancha y pueda abrirse por los costados para dañar al rival. En concreto su formación predilecta es un clásico 4-4-2, con volantes centrales de recuperación bien definidos, dos mediocampistas con proyección, y dos puntas: uno bien de área, y otro que pueda moverse tanto por afuera como por adentro.
Durante los primeros ensayos, pudo usar a todos los refuerzos tanto en el equipo titular, como en el suplente. Pero en el último amistoso, frente a Defensa y Justicia que terminó 1 a 1, Rondina paró el probable equipo que arranque en el próximo campeonato: Pellegrino; Curado, Gómez Andrade, Botinelli, Corvalán; Carrera, Giménez, Bellocq, Zaldivar; Bazán y Boghossian. En cambio para los suplentes, el flamante entrenador del Arse usó el siguiente equipo: Servio; Martínez, Ferreyra, Sánchez, Milo; Lértora, Papa, Sanabria, Luna; Céliz y Sánchez Sotelo.
A lo largo del mercado de pases, a Sergio Rondina se le fueron jugadores muy importantes, pero también les llegaron otros que están capacitados para relevarlos. Eso sí, el tiempo se acaba, y el ex entrenador de Villa Dálmine sabe a qué jugar, sólo le falta decidir los nombres con lo que hará su debut en la máxima categoría de nuestro fútbol.