En la antesala del campeonato se imaginaba un Arsenal más humilde, para pelear y sufrir cada partido que jugara de local y, mucho más, de visitante, ya que conseguir una victoria en terreno ajeno no es una tarea sencilla por estos tiempos en el fútbol argentino. Más allá de todas estas conjeturas y suposiciones antes que arranque el torneo, el Arse supo revertir esa imagen y sorprender a propios y extraños, consiguiendo resultados y buen funcionamiento desde lo futbolístico.

El verdadero Arsenal que planeó Sergio Rondina ahora es una realidad. De 16 partidos el Viaducto ganó ocho, empató tres y perdió sólo cinco, llegando así a la suma de 27 puntos y al cuarto lugar del torneo. Entre las victorias más significativas están el 2-0 ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, la goleada a Quilmes por 4-1, el 1-0 ante Defensa y Justicia en Florencio Varela, el 1-0 ante Rosario Central en el Julio  H. Grondona y, por último, el 2-1 ante River en la fecha final del Torneo de Transición.

Tres de sus derrotas fueron, llamativamente, ante equipos de menor o igual jerarquía. Comenzó el campeonato en Santa Fe con un 2-1 en contra ante Colón; luego, Olimpo se encargó de superar al Arse por el mismo resultado; y la tercera fue ante Gimnasia de La Plata de local por 1-0. Las dos caídas restantes fueron ante Godoy Cruz e Independiente, por 2-0 en ambas oportunidades.

Sin brillar ni ser opaco, Arsenal completó un campeonato para el recuerdo, ya que la zona que le tocó tenía rivales muy difíciles, a los cuales les hizo frente y hasta, en más de una oportunidad, logró vencerlos categóricamente como los casos de San Lorenzo y River.

El equipo superó ampliamente las expectativas del cuerpo técnico, que había puesto como objetivo alcanzar los 21 puntos; y  de la gente, que acompañó siempre que pudo a este equipo, que a base de garra y sacrificio, fue uno de los mejores del Torneo de Transición 2016.