Boca perdió por goleada, generó más dudas de las que tenía, no encuentra el rumbo y la gente empezó a demostrar su disconformismo con el rendimiento del equipo, para ver si los jugadores pueden reaccionar y revertir esta situación.

El equipo de Carlos Bianchi sigue perdido, sin encontrar una idea de juego. En este encuentro ante Rafaela, se vio un mejor equipo a comparación de las dos primeras fechas, pero el resultado abultado no acompañó al rendimiento.

Durante todo el partido se notó la presencia de un conductor de juego, como lo es Gonzalo Castellani. Sin brillar demasiado, el ex Godoy Cruz se hizo cargo del ataque del local, se movió por toda la cancha, pidió la pelota y todas las jugadas pasaban por él. Algo parecido a lo que hacía Juan Román Riquelme, salvando las distancias, y algo que debería hacer Fernando Gago. Castellani se fue aplaudido por los "jueces" que ocupan los asientos de la Bombonera y si Bianchi tiene sentido común y no se encapricha, claramente el ex Tomba le ganó el puesto a Pintita.

Ese fue un aspecto positivo de la derrota, como también los ingresos de Andrés Chávez y Luciano Acosta, que demostraron estar a la altura para ser titulares, y el buen rendimiento de Federico Carrizo, que sigue siendo el mejor de Boca.

Ahora, a pesar de haber mejorado un poco, el Xeneize fue goleado por Rafaela en la Bombonera. El equipo luego de que le marcaron el gol no supo reaccionar, sin orgullo y sin alma fue en busca de un empate que nunca llegó. El apoyo de la gente, que sobre el final se fue tornando en silbidos, pareció no generarles nada a los jugadores, que jugaban como si estuviesen empatando o ganando. Además de no mostrar las ganas de revertir el resultado, en las contras la Crema lo liquidó, ya que supo aprovechar los errores de una defensa que no supo retroceder y que tiene muchísimas dudas.

En cuanto a las individualidades, Nahuel Zárate y Hernán Grana volvieron a demostrar que no están a la altura de vestir la camiseta azul y oro, el chileno Fuenzalida tuvo un pésimo partido y Emmanuel Gigliotti, a pesar del gol ante Belgrano, sigue estando en un nivel muy bajo. El Cata Díaz y Lisandro Magallán fueron intermitentes, tuvieron aciertos y errores, y Federico Bravo dejó la vida en cada pelota, se redimió del encuentro anterior, pero en los pases se equivocó siempre. Los mejorcitos fueron Carrizo, Castellani y algunas apariciones de Calleri, que como pudo molestó a los defensores.

Carlos Bianchi sigue buscando un equipo, una idea de juego. Los jugadores de momentos se ven perdidos dentro de la cancha y sin respuesta. En este partido se vio una pequeña luz de esperanza, una leve mejoría, que fue tapada por la goleada. Apareció un conductor, Castellani, que tuvo un buen socio, Carrizo, y, si el DT pone a Luciano Acosta de titular, podría formarse un buen trío, que capaz le de vida a un equipo que de a ratos se ve sin alma y ganas.