Justo. Justo días atrás Diego Simeone, DT del Atlético de Madrid le ganaba al Real Madrid por la Supercopa de España con todos los pronósticos en contra. Justo uno de los entrenadores más relevantes del país como Marcelo Bielsa declaraba que el mérito del Cholo era la convicción. Justo. Casi paradójicamente el país de dichos técnicos tiene a uno de sus clubes más grandes en crisis con su mayor ídolo. Justo.

Diciembre de 2012: Julio César Falcioni decidía no renovar el contrato con Boca. Idas y vueltas con Riquelme. Resistido por la gente. Campeón local y finalista de la Copa Libertadores, el entrenador decidía tomar otro rumbo y el presidente no puso demasiadas trabas a su salida. El voto de los socios importa y el poder es de gran interés para los dirigentes. Siempre es mejor tener al hincha de tu lado y para ello, ¿Qué mejor que repatriar al técnico más ganador de la historia del club para suceder un ciclo repudiado por el pueblo bostero?

Diego Simeone se jacta en que si estás convencido de lo que proponés y sos respaldado por la cabeza dirigencial, los proyectos dan resultado tarde o temprano. Ahora, hay que hacer énfasis en que el proyecto debe ser futbolístico y serio, con el fin de obtener títulos y no un voto.

Un proyecto debe ser futbolístico y serio, con el fin de obtener títulos y no un voto.

Enero de 2013: Carlos Bianchi asumía en Casa Amarilla y era el tema del verano. Riquelme aparecía y desaparecía, pero con la ayuda del entrenador arregló su continuidad en el club de sus amores. Candidato le quedaba poco. Era la vuelta de la historia, justo a la par de los vecinos de enfrente que repatriaban a Ramón Díaz, el Bianchi riverplatensePara decorar e incentivar el clamor popular, de un 0 - 2 abajo a un 3 - 2 arriba en el debut ante Quilmes parecía ser el prólogo de algo grande. Aunque lo único de gran tamaño que vino después fueron las rachas negativas: 12 partidos sin sumar de a tres y un ante último puesto en el torneo local marcaban el camino inesperado. 

Cargar con el cadaver de Bianchi en Boca, con sólo 6 meses de trabajo, no es para cualquiera y mucho menos para un dirigente que ofrece tanta importancia a la voz del socio. El contrato de tres años dio lugar a una nueva temporada que, con altibajos, resultó en un subcampeonato local (desvalorizado por quién fue el ganador: el rival que respaldó a su ídolo) y quedar entre los ocho mejores de América luego de una derrota ante un temible Newell´s dirgido por el ahora entrenador de la Selección Argentina Gerardo Martino.

Junio de 2014: Como crónica de una muerte anunciada, Riquelme finalizó su vínculo con Boca y se fue al descendido Argentinos Juniors. El paradero del 10 dejó en claro que el problema no era económico como pensaba la hinchada. Refuerzos que el entrenador no pedía, partidas que dejaban huecos sin cubrir y un equipo que desde adentro de la cancha no transmitía cosas positivas abrieron el juego a saber si Bianchi debía continuar al mando.

Simeone, entrenador de un ex equipo de Carlos, festeja junto con sus dirigidos y afirma: "Agradecemos a la dirigencia que creyó en nosotros". Mientras que Boca pierde tres de cuatro partidos en disputa y gana uno ajustadamente. ¿Juega bien? No. Pero hay un tema de fondo que debe ser analizado, más allá de lo que piense Bianchi y su "Jugamos bien" o parte del periodismo que lo califica como "Un desastre", en Boca nunca creyeron en el DT. No es posible encontrar un equipo cuando venden a tu mejor jugador por diferencias de piel. Cuando los refuerzos no son los deseados. Y cuando día a día te ponen en duda tu trabajo. Un ídolo que llevó al club a ser campeón del mundo no lo merece. 

Angelici debe empezar un proyecto en el que crea y Bianchi en una despedida más merecida por su curriculum

Lo del Virrey quedó atrás; la desprolijidad con la que se trabajó ya quedó atrás. Ahora Angelici y sus pares deben comenzar un proyecto en el que crean para el bien de Boca. Convicción. Se habla mucho de convicción y a partir de éste ejemplo nunca más se debe dudar de su importancia. Si realmente eran los jugadores el problema o el entrenador, quedará reflejado en los próximos partidos. Lo que es seguro es que con un poco más de apoyo, el ciclo no hubiera terminado de esta manera. Para el futuro, los dirigentes deben pensar qué es lo que quieren, más ídolos que le "sumen votos" (aunque no sea el caso, ya que el más perjudicado a la vista del hincha es el presidente), más allá de sus convicciones o un proyecto serio y basado en la convicción que pueda dar resultados deportivos. Sí, como el de Simeone. Por el lado de Bianchi, quedará en deuda su despedida calurosa. Esa que su curriculum merece.