Andrés Chávez es jugador irrefutable para el equipo del “Vasco” Arruabarrena en cuanto a titularidad. El 25 se caracteriza por lograr desequilibrar el esquema de juego del rival, y si bien tuvo definiciones erráticas las chances de gol no escasearon.

Por la novena fecha del torneo, en el cotejo con Quilmes, los delanteros xeneizes fueron superiores, no sólo en velocidad sino que concretaron afianzar asociaciones. De esta conclusión surge el gol triunfal para Boca: un pase horizonal del mismísimo Chávez que conlleva a un remate de Carrizo, cuyo tiro se desvía en un defensor y vence a Dulcich. Con miras al Superclásico, Chávez demostró ser un jugador firme en el plantel de ataque.

Boca no demostró firmeza en la totalidad del encuentro. En el minuto 32, en lugar de Chávez (con la idea de preservarlo para el Superclásico venidero) ingresa el chileno Fuenzalida, quien tuvo aproximaciones al área cervecera. Ya en los últimos minutos, los locales no pudieron y dejaron en la cancha muchas dudas.

Por el lado de Quilmes, los centrales intentaron un juego con pelotazos en búsqueda de una situación clara y cómoda para la aparición de Gonzalo Klusener, pero ello nunca se concretó. Las imprecisiones abundaron y se notó la molestia de los jugadores al no poder aprovechar las insolvencias del local, y así revertir la mala racha.

El ex Talleres, tuvo irrisorias situaciones de gol. El acompañamiento y presencia de Hipperdinger en el ataque estuvo, y de hecho los xeneizes lo sintieron, pero la inexactitud fue mayor. Se notó la presencia de asociaciones implícitas que no permitieron el respiro que el equipo de Quatrocchi ansía.