Los números del nuevo Boca

Las nuevas caras del Xeneize, con escasa participación en el arranque con Bianchi, fue el punto más criticado por el público. Pero la llegada de Arruabarrena le dio más movilidad al banco y cambió la panorámica que se tenía de los debutantes.

Los números del nuevo Boca
Foto: Olé
lucasbarre
Por Lucas Barreña

Mucho se habló de los refuerzos que trajo Boca para encarar esta nueva temporada. De esos famosos ochos jugadores que sólo uno veía acción: Federico Carrizo. El ex Central fue el único que empezó desde el inicio en la derrota por la mínima ante Newells en la primera fecha del Torneo de Transición.

Bianchi no le daba mucha participación a las caras nuevas y la opinión pública empezó a cuestionar sus rendimientos, que casi eran nulos. Aunque lo que a priori parecía lo mejor del mercado, después de una gran inversión económica de la dirigencia, no pudieron demostrar su juego. Apenas un gol de Calleri, frente a Estudiantes en La Plata, fue el único aporte de los refuerzos, en coincidencia a la caída del Virrey y el fin de una era.

La llegada del Vasco le dio mucha más frecuencia a los jugadores que debutaban con la azul y oro. Escoltados por César Meli, el centrocampista que disputó su primer partido frente a Vélez y lo celebró con un gol en la mismísima Bombonera. Siempre con variantes en el once inicial, Arruabarrena le dio la oportunidad a todos: los nuevos, los viejos, los jóvenes... La mayoría rindió. Gonzalo Castellani, uno de los que más resonó en el mercado de pases y arrancó de gran nivel, fue el único que se quedó afuera en la tabla de goleadores.

Con el torneo local a cuestas y la Copa Sudamericana, el Xeneize convirtió 22 goles. ¿Los refuerzos? 13. Liderados por Chávez y Calleri, con 4 unidades cada uno. Aunque el más desequilibrante fue el ex All Boys, que anotó el tercer tanto en la revertida en Mendoza ante Godoy Cruz por 3 a 2 y estampó el 1-0 en Paraguay el pasado 23 de octubre para enviar la definición ante Capiatá a los penales y pasar de ronda en la Copa Sudamericana. En cambio, el ex Banfield, admirado rápidamente por la parcialidad boquense, anotó en dos oportunidades ante Rosario Central en la vuelta de la Primera ronda del certamen continental como lo más destacado.

De los 22 goles que marcó Boca en la temporada, 13 fueron convertidos por refuerzos. Siete de los ocho marcaron, Castellani todavía se queda con las ganas.

En la planilla de los goleadores, los siguen dos viejos conocidos: el Burrito Martínez, que con tres tantos, uno en tierras cuyanas y dos ante Defensa y Justicia, renació de las cenizas para agregarle pimienta a la competividad ofensiva, y el Puma Gigliotti, que marcó apenas dos veces pero en ambas con resultado final de 1-0, frente a Belgrano, con Bianchi, y Olimpo, con Arruabarrena.

De los otros cuatro nuevos que faltan por subrayar, todos aportaron con su gol. Algunos más importantes que otros, como el de Federico Carrizo ante Quilmes para estampar la victoria por la mínima o el de Lisandro Magallán (volvió de un préstamo) en el Superclásico con River, para silenciar el Monumental, aunque luego terminó en empate. Los otros dos son Fuenzalida y Echeverría. El chileno, uno de los más irregulares al principio, marcó el tercero ante Central por la Sudamericana, mientras que el ex Arsenal de Sarandí también mojó con el mismo rival pero por la fecha 11 del torneo local, para estampar el empate que luego sería revertido con gol de Marín, otro habitué de marcarle a los rosarinos (también le convirtió por la Copa).

Mencionado 20 goles, sólo restan dos: el del Cata Díaz para el 1-1 parcial frente a Vélez (terminaría 3-1 a favor del Xeneize) y el segundo gol de la vida de Gago con la azul y oro, que abrió la cuenta en ante Godoy Cruz.

De esta manera, de los tan cuestionados ocho refuerzos que contrataron desde la Ribera, siete marcaron goles. Algunos más, otros menos. Algunos en partidos claves, otros de relleno. Pero todos convirtieron. Así, se maneja el nuevo Boca.