Boca Juniors, por la vuelta de la semifinal de la Copa Sudamericana, volverá a visitar El Monumental. La mítica cancha donde Argentina fue campeón del mundo y donde River Plate ejerce la localía y recibe a quienes ostentan derribarlo ante su público.

Cada vez que el Xeneize viaja a Nuñez, se reedita una nueva edición del Superclásico en uno de sus tradicionales escenarios. Lo cierto es que al club de la Ribera, este estadio le resulta hostil, ya que perdió 13 veces más de las que ganó cuando jugó en el Vespucio Liberti.

Sin embargo, últimamente no fue tan hostil. Han pasado más de cuatro largos años, en los cuales, la gente del millonario nunca pudo ver caer a su máximo rival frente a sus narices. Cuatro años de invicto de Boca en cancha de River. A continuación, VAVEL te invita a ver el detalle de la racha del Xeneize cuando visitó las tierras enemigas.

La última sonrisa millonaria

Este partido fue por la fecha 14 del Torneo Apertura 2010. Se jugó el 16 de noviembre de aquel año. Fue triunfo de River 1-0 con gol de Jonathan Maidana, exjugador del Xeneize. Desde entonces empezó la sequía en casa propia.

El regreso frustrado

Tras un año con River en la B Nacional y sin Superclásicos oficiales, el partido más importante del fútbol argentino volvía a tener lugar en la Primera División. El hincha millonario tenía la oportunidad de recibir al clásico rival y de desquitarse en su cara por el mal año que había atravesado la institución de Nuñez.

Y parecía ser el día. River arrancó ganando tempranamente con gol de Leonardo Ponzio. Luego Rodrigo Mora puso el 2-0 a falta de quince minutos para que termine el partido.

Toda la algarabía producto de la sed de venganza invadía el Monumenta. Sin embargo, Santiago Silva de penal y Walter Erviti, en el tiempo de descuento, decretaron el 2-2 final. Todo Boca celebró el empate y River ahogó su grito de guerra.

Contra viento y marea

Semanas duras se vivían en La Boca. Las recurrentes lesiones de varios futbolistas del equipo, dejaban desarmado a un plantel conducido técnicamente por Carlos Bianchi.

Para colmo, las paperas también se hicieron presentes. En los días previos al clásico, Pablo Ledesma tuvo un brote de la enfermedad y varios compañeros resultaron afectados. El Xeneize atravesaba uno de sus mejores momentos con el Virrey en el banco de suplentes, ya que se ilusionaba con pelear el campeonato. Pero con menos de la mitad del equipo tenía que ir a Nuñez a enfrentar al River que conducía Ramón Díaz.

Así como sufrió en la previa, Boca sufrió en el partido. La Banda fue más y comandó las acciones del partido. Supo maniatar a las figuras del conjunto azul y oro, Juan Román Riquelme y Fernando Gago, pero solo una jugada aislada que culminó con Emmanuel Gigliotti marcando el único tanto del partido bastó para darle la victoria al visitante en un Monumental repleto de hinchas locales, en lo que fue el primer Superclásico por el campeonato sin público visitante.

Danza bajo la lluvia

Foto: Prensa Libre

El último antecedente. Los jóvenes entrenadores que supieron brillar como futbolistas, vistiendo las camisetas que ahora dirigen, eran la sensación de los dos clubes más grandes de la Argentina. Marcelo Gallardo y su fútbol total con el que dominaba ampliamente el torneo, por un lado. El Vasco Arruabarrena con una bajada de línea a sus jugadores basada en el sacrificio, la entrega y la presión constante, por el otro.

Como si fuera poco, la lluvia se encargó de darle un marco de película a un Superclásico luchado. Fue toda una batalla campal en los charcos del Monumental. Boca empezó ganando con gol de Lisandro Magallán, pero luego sería expulsado Fernando Gago por una mano inexistente que, por ser dentro del área, fue penal. Rodrigo Mora desaprovechó el tiro desde los doce pasos y Boca debió defender los embates de su rival durante todo el segundo tiempo.

Un cambio heroico de Gallardo le dio la igualdad a River: Germán Pezzella a jugar de 9. Fue el defensor quien cabeceó un centro y luego capturó el rebote para sellar el 1-1 final. Esta vez, el Millonario fue quien obtuvo el empate y quien se llevó un mejor sabor de boca.

Boca viene de racha al Monumental. River tiene la chance de eliminar a su clásico rival de un torneo continental y de volver a hacerse respetar en las parcelas donde manda. Este jueves es la gran cita, en la cual, se sabrá si continúa el invicto o si persiste.