El clima en el Monumental tenía la misma intensidad que la semana pasada se vivía en La Bombonera. A cancha llena el equipo del “Muñeco” Gallardo salió a la cancha y la multitud lo recibió como el partido lo ameritaba, era una fiesta.

Delfino, luego de que el humo se vaya del campo de juego para que la visibilidad de los protagonistas no se vea perjudicada puso el cronometro en cero y comenzó a girar la pelota en el verde césped.

Al que madruga, el penal no lo ayuda

No se habían cumplido 30 segundos de partido, Boca atacó de forma rápida y en una pelota llovida que cayó al área de River, cuando Rojas se disponía a despejar y Calleri llegó primero a la pelota cometiéndole penal el jugador millonario.

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Un baldazo de agua fría para la gente que estaba en el estadio, el encargado de patearlo fue Emanuel Gigliotti que disparó a media altura a la izquierda del arquero y Marcelo Barovero a mano cambiada evitó la caída en su arco.

Luego de esa jugada, el “puma” volvió a tener otra posibilidad cuando tras un remate de larga distancia Barovero dio un rebote largo que le quedó al delantero pero el 1 volvió a ganar en el mano a mano.

Goles que son amores

En la primera que tuvo River en ataque, luego de algunos rebotes la pelota quedó en los pies de Vangioni que intentó rematar al arco pero la pelota salió al medio del área grande y de la nada apareció Pisculichi para cambiar el error del lateral por gol rematando a contrapierna de Orión y haciendo delirar a todo el Monumental.

De esta forma, sin haber hecho méritos hasta ese momento el equipo de Gallardo se encontraba arriba en el marcador y los corazones volvían a latir en Nuñez. Luego del gol, Boca se desordenó y comenzaron a generarse más espacios para que Mora y Teo Gutiérrez pudieran moverse en el frente de ataque.

Fútbol, un deporte de contacto

De allí en adelante ambos equipos se dedicaron más a pelear que a jugar. Ponzio debió ser expulsado en el primer tiempo tras una infracción de atrás a Carrizo en un contraataque xeneize. Así también iban fuerte los jugadores de Boca.

La salida de Fernando Gago fue un problema que Boca no pudo solucionar.

Una de las consecuencias de esto es el cambio en el primer tiempo de Fernando Gago que luego de un choque en los primeros minutos, a pesar de haberlo intentado, nunca se pudo recuperar y lo reemplazó Fuenzalida, una baja terrible para el mediocampo xeneize.

Segundo tiempo, una prolongación de los primeros 45 minutos

Los jugadores retomaron al campo de juego y las acciones siguieron parejas, Boca se quería acercar de cualquier forma al arco que defendía Barovero, sin dudas la figura del partido y con algunos pelotazos al área ponía en jaque a la defensa millonaria.

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Por la parte de River, Ponzio se afianzó en la mitad de cancha y con el correr de los minutos los espacios eran cada vez mayores, Teo Gutierrez, Mora y Sánchez tuvieron varias situaciones clarísimas de gol para liquidar el pleito pero la puntería no estuvo fina y Boca siguió un tiempo más con vida.

Arruabarrena intentó a través de cambios torcer la historia pero ni Chávez ni Castellani pudieron revertir la historia y no se pudo generar ninguna situación de peligro más, la defensa era un muro infranqueable para un Boca que carecía de ideas en la ofensiva.

Expulsión y final

Cada vez el partido era más áspero y Boca acudía a la violencia como forma de expresar la impotencia de no poder dar vuelta la historia. Faltando dos minutos se iría expulsado el “Cata” Díaz por una dura patada a Teo.

Nada iba a cambiar y la fiesta se desató en el Monumental, luego de algunas semanas dónde las dudas se adueñaron del presente y el futuro cercano de River, la primera prueba fue superada: vencer a su eterno rival por una copa internacional y quedar en la puerta de un nuevo título en un año increíble de la institución de la banda.

Espera Atlético Nacional de Medellín, que superó al Sao Pablo. No será un encuentro sencillo pero ¿quién le quita lo bailado a los millonarios? Ya pudieron contra Boca, ahora van por todo.