Rodolfo Arruabarrena insistió por él. Comenzó un tira y afloje con el Corinthians por su pase. Sin embargo, Boca tenía algo a favor para convencer a los brasileños: las ganas del jugador. Finalmente, la historia tuvo final feliz y Nicolás Lodeiro, luego de tantas idas y vueltas, arribó al Xeneize.
El uruguayo llegó para ocupar un lugar que a varios jugadores les había quedado grande. Para usar una camiseta que a muchos le pesa y para otros, como él, es un orgullo. Lodeiro llegó para suplir y usar la camiseta que, hasta hace muy poco, usó un tal Juan Román Riquelme.
"Siempre lo miré a Román. Durante toda mi carrera. Hoy siento que llevo la camiseta de él. Lo escuché decir eso, que es su camiseta, y la verdad que tiene razón y se lo ganó con autoridad. Yo la tomo prestada un rato solamente. Para mí es un orgullo. No soy ni parecido a él, pero es lindo llevarla", manifestó Nico. ¿Podrá este uruguayo hacer olvidar al ídolo xeneize?
Pinceladas de su categoría ha demostrado el ex Corinthians. Sin embargo, suficientes para dejar entrever que era el jugador que Boca necesitaba. Pero, el uruguayo tiene un estilo diferente a Román. Mucho más veloz que Riquelme, Lodeiro es el estilo de jugador que, al menos hasta ahora, se mueve por todo el frente de ataque, un jugador vertical y encarador; aunque, aún así, sabe manejar los hilos del partido, los tiempos y poner pases precisos para dejar a sus compañeros de cara con el arquero.
"Yo no soy enganche. No me siento enganche. Lo que me gusta es ser protagonista en los ataques de mi equipo. Disfruto de dar el último pase y creo que por eso se me llama enganche. Pero es una condición de mi juego. Me gusta asistir. Para mí, una asistencia se festeja igual que un gol. La disfruto igual. Para redondear, si me ponen de enganche, puedo hacerlo, pero no me defino como tal", explicó Lodeiro y añadió: "Acomodo el perfil para recibir de frente, orientado. Es una cuestión de panorama y de espacio, que me permite resolver mejor de acuerdo a mis características. Fijate que contra Olimpo entré como volante interior y Fernando Gago pasó de cinco. Con Palestino, entré por el Puma Gigliotti e hice el papel de falso nueve. En Temperley me paré de extremo izquierdo, con libertades para entrar al juego desde ahí. Tres posiciones distintas y nunca como enganche".
Este volante, que no se define como un enganche clásico, afirma que los pase-gol "a veces salen sobre la marcha". Aún así, insiste en que "es muy necesaria la generación del espacio para colocar la asistencia" y que "el compañero que espere o que marque el pase". "Dar un pase-gol es mezcla de atención y de tranquilidad. Son segundos mágicos en los que aparece el lugar para definir un partido", aseguró el uruguayo. "A mí me gusta arriesgar. Es parte de mi naturaleza. Yo pienso que el fútbol es un lugar para los arriesgados. Y que hay que arriesgar para ganar. Yo prefiero arriesgar en un pase-gol y hay otros que eligen tirarla a la tribuna. Son formas de verlo. Tengo en claro que a veces puede no salir y que voy a perder la pelota. Pero seguiré insistiendo", explicó Lodeiro.
Sobre su llegada a Boca, Nico afirmó que "desde el momento en que hablé con el Vasco (Arruabarrena), a fines de diciembre, me agarraron ganas de venir. No podía dejar de pensar en eso. Estaba muy ilusionado. Me imaginaba esto que vivo hoy". La negociación no era para nada sencilla, pero el Timao no pudo resistir ante las ganas del jugador de llegar al Xeneize. "Hablamos hasta que a Corinthians, que no me quería largar, entró en dudas. Ahí, me tocó decidir a mí. Entonces, me fui a hablar con el técnico y le dije que lo tenía decidido. Fue algo jugado, porque yo era titular allá", contó Lodeiro.
El Mundo Boca, en gran parte, siempre sorprende a propios y extraños. Lo que genera el club, las presiones y, por sobre todas las cosas, su estadio. "Boca es uno de los más grandes del mundo. Y no lo digo para quedar bien. En Uruguay siempre miramos al fútbol argentino y sabemos que Boca ganó todo. Jugar en la Bombonera es especial, cualquier jugador puede decírtelo. Parece una frase hecha, pero Boca es Boca. Es muy importante. Yo estaba en Corinthians, pero Boca es más grande. No tengo dudas", dijo Nico sobre sus sensaciones.
El uruguayo afirma que quiere "ganar todo" y que con "eso se sueña durante todo el año". Sin embargo, el sueño inmediato de este fino volante de tan solo 25 años, es convertir de local. "Me muero por hacer un gol en la Bombonera. Cuando entré contra Olimpo, quedé sorprendido por lo que es el estadio. Y ahora estoy esperando gritar un gol ahí. Mirá, si el penal que pateó el Burrito Martínez contra Temperley, en vez de ser de visitante era en la Bombonera, creo que se lo peleaba", admitió Lodeiro, quien prometió que va a "dejar todo y a intentar jugar siempre bien al fútbol", a la vez que afirmó que no dejará de arriesgar, ya que "esa es mi filosofía".