Pasó un nuevo domingo y Boca Juniors sigue manteniéndose como el único líder del torneo. El conjunto de Rodolfo Arruabarrena logró aprovechar la igualdad entre San Lorenzo y Rosario Central para seguir bien arriba en la tabla. Sin embargo, no mostró el nivel de juego al que ha acostumbrado a su gente. El complemento fue chato, con pocas situaciones de gol y prestándose la pelota unos a otros.

El orden del Colectivero

Crucero del Norte no salió a arriesgar en la Bombonera. Sebastián Rambert paró una línea de cinco en el fondo bien definida, pero que a Boca le costó poco y nada romper. El conjunto visitante jugó muy retrasado y, pese a que había mucha gente, el Xeneize encontró los espacios necesarios para poder romper su defensa. Sin embargo, en el entretiempo, el DT acomodó a su equipo y se posicionó de una forma más férrea y ordenada, que el conjunto local.

Impresiciones en la construcción

Boca comenzó el partido demostrando un buen rendimiento colectivo, explotando las bandas para abrir la defensa del conjunto misionero. Sin embargo, con el correr de los minutos esa intensidad bajó y ya en el complemento fue nula. El Xeneize se mimetizó con el nivel de juego de su rival y los errores comenzaron a emerger en el conjunto del Vasco Arruabarrena. Los pases cortos terminaban en los pies de los jugadores rivales y la pelota comenzó a pasar de un lado al otro, sin un dominador específico.

Lodeiro, el mejor socio de Tevez

Carlos Tevez es la gran figura de Boca. Sin embargo, luego del Superclásico, donde el Xeneize se afirmó como el equipo que está siendo en los últimos partidos, emergió la figura de Nicolás Lodeiro. El uruguayo parece entenderse a la perfección el ex Juventus y cada vez que se encuentran dentro del campo de juego generan las jugadas más peligrosas del equipo. Jonathan Calleri, Tevez y el charrúa, parecen conformar un tridente perfecto, que juega, toca y mete, y que cada día se consolida aún más.

Erbes, patrón del mediocampo

La pelota pasaba de un lado al otro y sin un dueño específico, pero cada vez que Crucero del Norte intentaba pasar a campo xeneize, allí estaba Cristian Erbes. El volante se adueñó de la mitad de la cancha. El Pichi Erbes impidió que el conjunto misionero pudiera avanzar por su sector, realizando quites muy valiosos, que generaron algunos contragolpes. El surgido de las inferiores, que ayer cumplió seis años en la máxima categoría de la institución, no genera un gran peligro ofensivo, pero si realiza el trabajo sucio, acoplándose a la línea defensiva.

Laterales que rompieron esquemas

Gino Peruzzi y Fabián Monzón no tuvieron grandes dificultades defensivas, ya que pocas veces Crucero tomó la decición de atacar por sus sectores. Es por eso que se los vio mucho más liberados en lo que se refiere al trabajo defensivo y, esto, les permitió pasar con soltura al ataque. Ambos laterales lograron romper las líneas defensivas del Colectivo y abrir la cancha, generándole varios problemas a su rival.

Ramírez, el guardián de los tres palos

Crucero del Norte tuvo bajo los tres palos a uno de los grandes causantes de que la victoria de Boca sea por un solo gol. Horacio Ramírez estuvo rápido de piernas y reflejos para salir a cortar jugadas de gol y contener las embestidas de los potentes delanteros xeneizes. El portero, que terminó con una molestia en el aductor, no pudo sostener su valla en cero, pero si le contuvo el grito a Tevez, Lodeiro y Calleri.

Vigliano en la mira

El árbitro, Mauro Vigliano, tuvo un flojo desempeño en la Bombonera. Luego de comerse el piletazo de Calleri ante la salida de Ramírez, el árbitro no vio el penalazo de Daniel Díaz sobre Maximiliano Oliva, quien recibió un planchazo en el pecho por parte del defensor xeneize, que no vio ni amarilla. Además, fue vehemente a la hora de las tarjetas. La amarilla a Julio Barraza por el codazo sobre Tevez pareció leve, ya que fue directo a golpearlo.

El Xeneize no fue superior a Crucero del Norte, pero obtuvo una valiosa victoria. La cual le valió ser el único líder del torneo. De todas maneras, el Vasco no se fue tranquilo con el flojo rendimiento de sus dirigidos. Boca no pudo demostrar la diferencia entre el líder del torneo y el último.