Fue aquel 28 de noviembre del año 2000, cuando Boca Juniors y Real Madrid se enfrentaron en el Estadio Nacional de Tokio en Japón por la Copa Intercontinental, donde el resultado fue 2 a 1 a favor del conjunto xeneize que se coronó campeón. El goleador de aquel cotejo fue Martín Palermo que marcó un doblete y por parte del conjunto galáctico descontó Roberto Carlos.

El trámite del encuentro fue muy sorprendente, ya que el Real Madrid llegaba como el gran favorito a quedarse con el título por el gran equipo que tenía pero Boca fue el que sorprendió a su rival, confiando en su propuesta de juego sin temerle al equipo español y marcando dos goles en apenas 6 minutos de partido, resultado que no pudo revertir el Merengue.

Lo que hizo ese equipo de Boca, conducido por Carlos Bianchi, fue confiar en que ese partido se podía ganar porque tenían un gran equipo, un gran plantel y en el fútbol todo era posible. Con ese pensamiento de optimismo, el Xeneize salió a jugar con el corazón y dejar el alma en la cancha, por eso, logró conquistar el Mundo.

Los jugadores recién se estaban acomodando en el campo, cuando a los 2 minutos de juego, el Chelo Delgado picó habitado para recibir un pase largo de Matellán y se escapó por el extremo izquierdo, desde donde le lanzó un centro a media altura para que Martín Palermo la empuje con de zurda en el área chica para el 1 a 0.

Ese 1 a 0 tan rápido golpeó al Real Madrid, que fue a buscar el empate con sus grandes figuras, pero a los 6 minutos en un avance se chocó con la defensa azul y oro y Juan Román Riquelme encabezó ese contraataque veloz, enviando una asistencia de 70 metros para Martín Palermo que le ganó en el cuerpo a cuerpo a Geremi y luego definir de zurda fuerte por debajo de Iker Casillas.

Ya con un 2 a 0 a favor de Boca, el conjunto español estaba muy confundido y sorprendido como todo el pueblo bostero que creían en el equipo de Riquelme y compañía, pero no en un escenario así en los primeros minutos. A los 12 minutos, llegó el descuento del Real Madrid a través de Roberto Carlos cazó un rechazó de Ibarra y con un preciso remate, consiguió el 2 a 1, que terminó siendo definitivo.

Luego del 2 a 1, que seguía dejando como ganador a Boca Juniors, que finalmente fue el campeón, no pudo ser revertido por el Real Madrid y tampoco ampliado por el Xeneize. Hubo algunas chances de gol, más para los españoles pero no se pudieron concretar y cuando más pasaban los minutos, Juan Román Riquelme se hacía el dueño de la pelota enloqueciendo al rival.

Parráfo aparte para la hinchada de Boca Juniors que fue realmente local aquel día en Tokio, tiñiendo el Estadio Nacional japonés de azul y oro, mostrando la característica pasión argentina, alentando los 90 minutos para motivar a su equipo y luego festejar junto a ellos la Copa Intercontinental.

El equipo que Carlos Bianchi puso en cancha para uno de los partidos más importantes de la historia de Boca fue: Óscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Cristian Traverso, Aníbal Matellán; José Basualdo, Mauricio Serna, Sebastián Battaglia; Juan Román Riquelme, Marcelo Delgado y Martín Palermo. Los que formaron parte del banco de suplentes: Roberto Abbondanzieri, Nicolás Burdisso, José Pereda, Julio Marchant, Gustavo Barros Schelotto, Antonio Daniel Barijho y Guillermo Barros Schelotto.

El equipo galáctico, que tenía a Vicente Del Bosque como DT, ese día fue: Iker Casillas; Geremi, Fernando Hierro, Aitor Karanka, Roberto Carlos, Makélélé, Iván Helguera, Luis Figo, Guti, Steve Mac Manaman y Raúl González. Y estuvieron en el banco: César Sánchez, Iván Campos, Michel Salgado, Santiago Solari, Flavio Conceincao, Sávio Bortolini y Fernando Moriente.

Esa Copa Intercontinental fue la segunda en la historia de Boca Juniors, ya que la había conseguido previamente en el año 1978 frente al Borussia Mönchengladbach de Alemania. El plantel campeón fue recibido días después por miles de hinchas xeneizes que acompañaron en caravana el micro de los jugadores en un festejo inolvidable para el pueblo azul y oro.