Volvió a rodar la pelota, esta vez de manera oficial. Boca Juniors visitaba el Sur del Gran Buenos Aires para enfrentar a Temperley, que esta vez hizo de local en cancha de Banfield, ya que están remodelando el Alfredo Beranger.

El marco era impresionante... El Gasolero, acompañado por una gran multitud, comenzaba sus primeros pasos en el Torneo Transición de la mejor manera. Un empate ante el campeón, jugando a puro huevo (como nos tiene acostumbrados), dejando todo en el campo de juego. Mientras tanto, Boca sigue sin hallarse y algunas actuaciones dejan mucho que desear. 

El encuentro comenzó con el Xeneize como protagonista. Los dirigidos por Rodolfo Arruabarrena eran los que tenían la posesión del balón y, aunque poco hacían con él, Temperley no le ofrecía gran oposición. Carlos Tevez tuvo, apenas pasados cinco minutos del encuentro, la primer chance seria para poner a Boca al frente en el marcador; pero tardó en resolver y Federico Crivelli, rápido de piernas, se quedó con la chance. 

Sin embargo, transcurridos diez minutos del partido, el técnico del Celeste ordenó a sus jugadores que se adelanten en el campo de juego y presionen sobre la salida del conjunto rival. A partir de allí, el partido fue otro. Martín Pérez Guedes, de gran partido, metió una gran habilitación para Cristian Canuhé, que tiró el centro atrás para la entrada en solitario de Marcos Figueroa; el delantero sacó un potente remate, que se fue muy por arriba del arco de Agustín Orion y desató el enojo de su asistidor por la chance dilapidada.

El equipo de la Ribera siguió intentando con Tevez, a quien se lo vio muy fastidioso a lo largo del encuentro; desconocido. A lo largo del partido, al ex Juventus se lo vio indeciso y falto de confianza, él mismo se encargó de reconocerlo una vez finalizado cotejo. Sobre el final de la primera parte, Boca intentó con remates de Marcelo Meli y Pablo Pérez desde afuera del área, pero no hubo caso. El partido seguía igualado.

Ya en el complemento, el vigente campeón del fútbol argentino salió decidido a llevarse los tres puntos del Florencio Sola. Sin embargo, querer no es poder... Eso le sucedió a Boca. El Vasco Arruabarrena, viendo la falta de creatividad en el mediocampo, mandó a la cancha a Fernando Gago, que volvió luego de sufrir la rotura del tendón de Aquiles en octubre pasado. Con el ingreso del volante, el Apache (Tevez) encontró un buen socio, que le quitó peso a la hora de armar la jugada. Sin embargo, la frescura le duró poco al Xeneize y Temperley, fiel a su estilo aguerrido, no le permitió a Boca desequilibrar el marcador.

El Gasolero no se quedó atrás con las intenciones, el ingreso de Fernando Brandán en el ataque le dio frescura y picardía al ataque. El volante le complicó un poco la tarea al debutante Jonathan Silva, sacando provecho de los espacios que dejaba cuando pasaba al ataque. Pese a las intenciones, la segunda parte no contó con grandes situaciones de peligro. El conjunto de Iván Delfino intentó mediante centros encontrar la cabeza de Figueroa o sacar provecho de la velocidad de Gabriel Esparza y Brandán por las bandas; pero, esta vez, la defensa xeneize tuvo una sobria actuación. Mientras tanto los del Vasco no le encontraron la vuelta a su falta de creatividad y a los errores en algunos pases, que derivaron en contraataques peligrosos a favor del Celeste.

Este es el cuarto partido consecutivo en el que Boca no logra quedarse con la victoria. Plagado de dudas, el conjunto de la Ribera debe enfrentar a San Lorenzo el martes por la Supercopa Argentina. El Vasco deberá trabajar duro en la creatividad y en la parte anímica del equipo, que aún no logra encontrarse con su juego.

Por su parte, el conjunto celeste comenzó con un buen resultado el Torneo Transición. Su gente así lo entendió y lo despidió entre medio de cánticos y aplausos. Pues, no es para menos, el equipo comandado por Delfino no ha dejado que Boca arranque el 2016. Sin embargo, esto es solo el comienzo.