Luego de que el Club Atlético Boca Juniors se corone campeón del Torneo 2015 y de la Copa Argentina, se creyó que no habría final de la Supercopa Argentina. Pero esto no fue así. La Asociación del Fútbol Argentino decidió que se lleve a cabo entre el campeón y el subcampeón del torneo local, es decir, San Lorenzo.
En la noche del miércoles el conjunto de Boedo se consagró campeón de la Supercopa tras derrotar a Boca por 4 a 0. Los autores de los goles fueron Belluschi, Barrientos (x 2) y Nico Blandi.
El equipo azul y oro se caracterizó por no tener una idea colectiva de juego. San Lorenzo supo aprovechar la falencia principal del rival: la defensa. Con jugadas poco claras, y mínimas llegadas al aérea contraria, Boca nunca encontró el rumbo, ni afirmarse en la cancha.
Tévez e Insaurralde fueron los jugadores con más participaciones ofensivas hubo. Incluso la presencia de Daniel Osvaldo en la segunda mitad fue poco relevante, ya que no generó situación de peligro alguna. El ingreso de Lodeiro y de Fernando Gago permitieron un mediocampo más ordenado pero sin juego, vertiendo roles y debilitando la defensa.
Sin dudas el conjunto de la Ribera fue la figura del desencuentro. Pero no es propio de dicho partido llevado a cabo, ya que Boca no conoce el triunfo en lo que va del año 2016. Tanto los dos Superclásicos (Mar del Plata y Mendoza), como el partido frente a Estudiantes de La Plata y Racing significaron sólo derrotas; un verano para el olvido.
El desempeño paupérrimo del equipo Xeneize pone en tela de juicio la continuidad del “Vasco” Arruabarrena en la dirección técnica, quien se retiró del estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba sin dar declaraciones. Un dato curioso es que en día miércoles se dio a conocer la renuncia del mellizo Barros Schelotto al Palermo de Italia.