Después de mucho tiempo, se volvió a ver un Tevez lúcido, con hambre de ganar, enchufado. Ese Apache que todos los amantes del fútbol y en especial de Boca aman, ese jugador que causó tanta emoción ver como transpiraba cada camiseta que vestía que se ganó el apodo de jugador del pueblo.

Recordemos que previo a este partido Carlitos había declarado sus ganas de abandonar la práctica profesional del fútbol y, esto se debía al ataque de la prensa que recibía él todo el tiempo. Como se sabe y él mismo hizo público, está harto de que el periodismo ataque mucho a Boca. Pero no era lo único que le molestaba, él llegó de Juventus jugando un nivel excepcional y pegó la vuelta cuando menos se esperaba. Rindió el primer semestre y luego cayó en un pozo hondo en el cual no podía encontrar la vuelta a su performance. Por eso, el partido del miércoles significó mucho para Tevez, quien en el segundo tiempo se hizo cargo de un equipo que no había mostrado actitud en el primer tiempo y, en el segundo período contagió a sus compañeros y fue el capitán anímico que necesitó el Xeneize para llevarse la clasificación.

Se espera que pueda mantener este nivel, Boca y el esquema de Guillermo lo necesita 10 puntos todos los partidos, es el emblema y necesita volver a reinventarse, callar a quien sea necesario y llevar a Boca a la próxima Copa Libertadores y también a luchar en el torneo de Primera División.

Todo puede resumirse en el grito de desahogo del primer tanto, con toda la ira del mundo, fue un desquite personal luego de la expulsión sufrida contra Belgrano en el torneo. Y aún más en el segundo tanto, donde besó el escudo que tanta gloria, trofeos y recuerdos le trajo a este crack. Y el hincha de Boca se lo agradeció al final con un caluroso aplauso, rindiéndose ante una magnífica actuación.