Ganó, gustó y goleó. Al menos en el primer tiempo. A diferencia del encuentro ante Independiente, en el que Estudiantes creó muy pocas situaciones de gol, esta vez le alcanzaron 45 minutos para vencer a Boca por 3-1. La segunda parte, anecdótica, se jugó con el Pincha regulando el físico, teniendo en cuenta la agenda cargada que se le viene. 

Estudiantes noqueó al conjunto de Carlos Bianchi desde un primer momento. Una bicicleta fenomenal de Joaquín Correa desconcertó al defensor rival y, pared incluída con Guido Carrillo (Vera estuvo astuto al hacer un lateral en ataque) la mandó al fondo de la red a los cinco minutos. Golazo del tucumano. A partir de ahí, el visitante le hizo fácil la tarea al Pincha.

Boca tuvo la posesión desde el primer minuto pero no tuvo reacción -al igual que ante Rafaela el domingo pasado- ni tampoco un jugador en quien depositar la pelota para generar juego. Fueron continuos los pelotazos frontales que hicieron gigantes a Leandro Desábato y Jonathan Schunke. Y cuando el xeneize intentó por afuera, los laterales tuvieron una noche perfecta. Leonardo Jara está cada vez más afianzado como número "4" y Ernesto Goñi hizo olvidar a Jonathan Silva. El lateral izquierdo cerró la banda de Erbes y en ataque se movió con criterio.

Estudiantes jugó a lo que más le gusta: bien parado con dos lineas de cuatro y a esperar el error del rival. Presión en mitad de cancha, recuperación en el doble cinco entre Gastón Gil Romero - Román Martínez. Y los de arriba hicieron lo suyo.

Pellegrino le dio la titularidad al uruguayo Diego Vera y cumplió con creces. Dos golazos para el primer partido del ex Rafaela en el once inicial: en el primero, Echeverría se quedó corto al peinar una pelota para Agustín Orión, fueron en busca del balón el Cata Diaz y Vera; el delantero le ganó la posición, toque sutil por encima del arquero y otra vez con el arco solo para asegurar su primer gol en Estudiantes. Por último, el 3-0 fue un lujo: el número 20 mostró un recurso de los más lindos en el fútbol. Convirtió de tijera y dejó a mitad de camino a Orión, que salía a achicar el mano a mano. Además, Vera pivoteó, aguantó el balón y se llevó la ovasión de la gente.

Carrillo, pese a no convertir, también hizo un buen trabajo sucio. La fluidez y claridad en ataque llegaron desde los pies de Joaquín Correa. Y si algo no le faltó en esa primera parte al equipo, fue el ida y vuelta de Carlos Auzqui, electrizante, por la banda derecha.

Aguantó, reguló y cerró el partido. El equipo fue inteligente en la segunda parte. Pellegrino entendió que Bianchi tenía que hacer once cambios para remontar el partido. Por eso, ante un rival sin rumbo y animicamente frustrado, Estudiantes se cerró bien atrás y por momentos no atacó. En algunas salidas rápidas, la opción individual le jugó una mala pasada a Auzqui, quien no vio a Jara como una descarga continua.

El lateral derecho es de los más regulares del torneo e hizo delirar a la platea cuando a los 70 minutos corrió cien metros para recuperar una pelota en la línea de fondo.

Cuando no quedaba más tiempo, llegó el descuento de Calleri y la desazón del arquero Agustín Silva. Todo era una fiesta en La Plata pero el Gorila no pudo mantener su vaya invicta. Y volvió a sembrar dudas en los hinchas tras la floja reacción.

Sin embargo, el equipo fue aprobado en líneas generales y la alegría del pueblo Pincharrata pensó más alla del encuentro con Newell´s. Los hinchas pidieron ganarle a Gimnasia por Copa Sudamericana.