Dos viejos conocidos que se vuelven a encontrar

La Copa Sudamericana avanza, va tomando color y empieza a regalar cruces interesantes. Sin dudas, uno de ellos será Estudiantes de La Plata - Peñarol, un choque con historia, entre dos gigantes acostumbrados a levantar trofeos continentales, que no se ven las caras desde hace 17 años.

No fueron muchas las veces que pincharratas y carboneros se enfrentaron. Sólo ocho, con un saldo de tres victorias por lado y dos igualdades. Sin embargo, cada vez que estuvieron frente a frente hubo cosas importantes en juego.

La primera vez fue allá por 1969 cuando se cruzaron en la fase inicial de la desaparecida Supercopa de Campeones Intercontinentales de la que solamente participaban los ganadores de la vieja Copa Intercontinental. En aquella ocasión, los uruguayos se quedaron con la victoria tanto en la ida como en la vuelta -3 a 1 en Montevideo y 2 a 1 en La Plata- para quedarse con el liderazgo del grupo -que también compartían con Racing y Santos- y posteriormente con el trofeo.

Pero indudablemente el episodio más recordado entre estos dos clubes fue la final de la Libertadores de 1970. El león, bajo la conducción técnica de Osvaldo Zubeldía y con jugadores como Carlos Bilardo, Marcos Conigliaro y Juan Ramón Verón, se había consagrado en las dos ediciones anteriores -1968 y 1969- y buscaba su tercer título al hilo. Mientras tanto, el manya iba por su cuarta estrella en el certamen -1960; 1961 y 1966 las otras- de la mano de futbolistas como Elías Figueroa, Néstor ‘Tito’ Gonçalvez o Ermindo Onega, entre otros.

El primer partido de esa serie se jugó el 21 de mayo, en la ciudad de las diagonales y Estudiantes se llevó el triunfo. A tres minutos del final de un partido duro, áspero, típico de Copa Libertadores, el defensor Hugo Togneri rompió el silencio marcando el único gol de la noche, que a la postre terminaría siendo el del título. ¿Por qué? Porque la revancha disputada seis días más tarde en el mítico Estadio Centenario -donde el equipo platense se había consagrado los dos años anteriores- no tendría goles, aunque sí un bochornoso final a las trompadas. Estudiantes era Tricampeón de América y cerraba la época más gloriosa de la historia del club.