Un equipo partido al medio. Eso fue Estudiantes de La Plata, que esta tarde dejó una pálida imagen ante Defensa y Justicia. Sin dudas, el mediocampo fue lo más flojo de un elenco pincharrata, que estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo.

Se suele decir que los volantes de un equipo deben ser la bisagra entre entre la defensa y el ataque. Hoy, en Estudiantes, esa bisagra falló. Esa línea de cuatro hombres que Mauricio Pellegrino propone partido tras partido, durante la mayor parte de la tarde, no fue la primera frontera de contención ni el motor creador de acciones ofensivas que el entrenador seguramente pretende.

Pese a haber tenido unos primeros minutos prometedores, con determinación e ideas claras para buscar el arco rival, el pincha se fue desinflando con el correr del reloj. Las escaladas de Cerutti y Aguirregaray por el andarivel derecho, que habían incomodado en más de una ocasión a la úlima línea de Defensa y Justicia, fueron desapareciendo poco a poco y la pelota pasó a ser más propiedad de los de Varela que de los de La Plata.

De ahí en más, el gran problema de Estudiantes esta tarde: su mediocampo, que no constuyó lo que debía construir, ni destruyó lo que debía destruir. Los de amarillo llegaban hasta tres cuartos con comodidad pero les faltaba profundidad para atravesar la última línea. Ni Gil Romero ni Jara ofrecían la contención que sí aportaban los defensores pincharratas, al menos hasta ese momento. Al menos hasta ese momento porque en el segundo tiempo -y en alguna ocasión también en el primero- esa última línea también flaqueó quedando mal parada ante los contrataques rápidos que proponía el halcón.

En la faceta ofensiva, el pincha también quedó en deuda. Otra vez, ni Gil Romero ni Jara fueron salida y ni Cerutti ni Correa fueron el nexo con los delanteros, que se las tuvieron que arreglar como pudieron para llevar alguna cuota de peligro al área defendida por Fernando Pellegrino.

Definitivamente un partido pobre por parte de ambos, pero que deja una mejor imagen de Defensa y Justicia y una luz de alerta para Estudiantes de La Plata, que hoy no mostró nada de aquel equipo audaz que le arrebató el invicto a River, en su casa, con un planteo inteligente y un desempeño futbolistico impecable.