Desde el primer minuto, teniendo en cuenta que el rival era Boca, Gimnasia le cedió terreno y espacio, retrasó sus líneas y esperó para salir de contragolpe. El cuadro de Arruabarrena tocaba pero no tenía la precisión suficiente para lastimar. Nacho Fernández y Rojas jugaban más atrasados de lo habitual y a la hora de despegar al ataque, el Lobo tampoco estaba preciso. Rojas se empecinaba con la jugada individual y terminaba chocando con los defensores xeneizes.

A los 21 minutos, llegaría una jugada clave. Benítez, en una jugada de mitad de cancha, le comete una falta descalificadora, con los dos pies hacia adelante a Cubas y ve la merecida tarjeta roja. Tras la expulsión, Troglio obligadamente metió mano en el equipo, quitó al único volante de contención Brum para que ingrese Bonifacio, el juvenil ocupó el sector derecho de la defensa, Oreja pasó a la izquierda y Rojas quedó flotando en el medio acompañado de Fernández y Mendoza que tuvo que retrasar aún más su posición.

Al momento de quedar con un hombre menos, Gimnasia resignó todo tipo de ataque y sólo espero agazapado a Boca, que ayudado por la superioridad numérica, arriesgó más y empezó a tener mayor volumen de juego y a generar peligro con Carlos Tevez especialmente que exigió un par de veces a Navarro, pero el arquero respondió siempre bien.

Una vez que se fueron al entretiempo, en Gimnasia quedó la sensación de que faltó fútbol, ni Fernández, ni Mendoza, ni Meza abastecieron a Mazzola que jugó muy sólo y aún así se las arregló para aguantarla y descargar. La tonta expulsión de Benítez no ayudó para que el Tripero redondee un buen primer tiempo.

En  la segunda mitad, el panorama parecía ser distinto. A los 47, apenas dos minutos de arrancado el complemento, Coronel recuperó en el medio, la pelota se la llevó Mendoza y puso un pase entre líneas aprovechando el mal retroceso de Boca y Mazzola se fue sólo ante Orión, lo eludió y puso el 1-0 para que estalle de la alegría el Bosque.

El panorama parecía cambiar y más aún cuando apenas dos minutos posteriores al gol, Calleri le metió un codazo a Barsottini, Ceballos lo echó y ahora los dos equipos quedaban con diez. Pese a esto, el conjunto platense no aprovechó el envión, se distrajo y pocos minutos después, más precisamente a los 56, Gago recibió muy sólo un en la medialuna, pateó mordido, la pelota se desvió y Lodeiro aprovechó  el rebote para empatar el partido.

El mazazo del empate de Boca no logró despertar a Gimnasia como en otros partidos, quedando en claro que sin duda no fue la tarde/noche del conjunto tripero. Y más se complicaron las cosas, cuando inexplicablemente Coronel se tiró a barrer a Peruzzi, muy bruscamente con los dos pies hacia adelante y Ceballos no dudó en mostrarle la tarjeta roja. Otra vez por un error infantil, Gimnasia quedaba en inferioridad numérica.

Por esta situación, los 9 jugadores que quedaron en cancha debieron redoblar esfuerzos físicos para aguantar el resultado. En ataque, sólo quedó Mazzola que fue la figura sin duda de Gimnasia, aguantó casi todos los pelotazos que recibió. La línea de volantes jugaba muy pegada a la de los defensores y se defendía cada vez más cerca del arco de Navarro.  Y así, con actitud y coraje, el Lobo aguantó hasta el final, hasta que a los 89, Palacio aprovechó el hueco el carril izquierdo (ya no estaba Oreja que salió por un corte), envió un centro bajo al medio, Navarro se tiró pero no la logró sacar y el jugador de Boca, Chávez, aprovechó que Barsottini se durmió, lo anticipó y puso el 1-2 definitivo para el cuadro xeneize. Al Tripero, que otras veces supo ganarlo agónicamente, esta vez lo sufrió en contra y vio cómo se le escapa el punto que estaba consiguiendo.

En Gimnasia fue todo frustración, se escapó sobre el final pero en los 90 minutos no apareció el equipo de otros partidos. El ataque falló, Nacho Fernández como siempre se esforzó pero esta vez no anduvo en su nivel futbolístico. Rojas, Mendoza y Meza no acompañaron, y Coronell y Benítez perjudicaron al equipo con sus groseras e inexplicables infracciones. Sólo Mazzola, Navarro y la actitud de Oreja se puede rescatar del partido.