Godoy Cruz cayó derrotado frente a Lanús, sin ningún tipo de atenuantes. Los goles de Sand, Martínez y Gómez, demostraron otra vez la falta de juego y de ideas futbolísticas del conjunto mendocino.

La superioridad del último campeón se notó de punta a punta, durante los 90’ de juego. Si bien el Expreso mostró algún que otro atisbo de buen juego en la primera mitad, no alcanzó y la más clara de las chances fue una situación de Ángel González que, técnicamente, debió haberla picado encima de la humanidad de Monetti.
Se prestaron la pelota el uno al otro, repartiéndose la posesión de la misma; el elenco de Almirón con su delantera llegó contadas veces a poner en riesgo la baya de Rey pero todo quedó en nada.

El complemento fue diferente en 180 grados. Con un Granate metido de lleno en el partido, y con el beneficio de ser local, a los cuatro minutos abrió el marcador y comenzó la pesadilla del conjunto de Méndez. Con un gran gesto técnico de Marcone, desbordando por derecha (el costado de Abecasis) centró el balón al alma del área, donde estaba el infalible José Sand, que no perdonó y la mandó a guardar. Uno a cero y con justicia.

A los ocho, el Morro se iba a las duchas y era reemplazado por Correa, un cambio extraño teniendo en cuenta que más podría haber nutrido de delanteros buscando el empate.
La cuota amateur la brindó Abecasis, que se fue expulsado a los nueve por doble amarilla, una más infantil que otra.
Párrafo aparte para preguntarse si realmente este tipo de faltas se charlan puertas adentro del equipo.

De ahí en más, dos conceptos claros: un monologo de Lanús y una clarísima cuesta arriba del conjunto mendocino. Para colmo de males, a los 20’ caía el segundo mazazo. Román. Sí, Román pero Martínez desfundó un derechazo que hinchó la red de Rey y anotaba el segundo tanto del partido. Por el medio, solito y solo entre los miembros de una defensa diezmada por la ida de Abecasis.

Pero todavía esto no terminaba. Acosta se metió en el área para buscar el pase, Ángel González manoteó al delantero, que se dejó caer y el árbitro Federico Beligoy cobró penal cuanto menos discutible. José Luis Gómez remató fuerte, Rey manoteó pero no alcanzó a evitar el gol. 3-0 y a bajar la persiana.

No había tiempo para más. Ahora en adelante a mentalizarse en dos cotejos en los papeles accesibles, pero en condición de local. Se hablaran, seguramente, cientos de cosas en la semana. Será cuestión de esperar y trabajar para hacer mejor futbol.

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