¿Quién lo iba a imaginar, Globo? ¿Cómo se podía suponer que en sólo 365 días se pasaría por tantas emociones?

Hace un año, Huracán llegaba de punto a San Juan. Un equipo demasiado golpeado que venía a los tumbos en el torneo de la B Nacional, jugando un partido definitorio cada 4 días, enfrentaba a Rosario Central. El Canalla llegaba a ese encuentro con un plantel descansado y confiado, tras ganarle 5 a 0 a Argentinos Juniors la semifinal.

La noche del 26 de Noviembre del 2014 fue un punto de inflexión en la historia actual del conjunto de Parque Patricios. La capital puntana estaba vestida de azul y amarillo por los casi 20.000 rosarinos que acompañaron al equipo de Miguel Angel Russo; mientras que alrededor de 7 mil quemeros llegaron al Estadio del Bicentenario para dar el golpe.

Dos equipos con mucha historia dentro del fútbol argentino, buscaban cortar importantes sequías sin títulos: 41 años del Globo y 19 desde la Conmebol '95 para el club rosarino. Por eso el desahogo fue mayor para el ganador.

Para llegar a la final, Huracán debió dejar en el camino a Crucero del Norte (2-2 y 5-4 en penales), a Boca Juniors (2-0), a Banfield (2-2 y 3-2 en penales), a Estudiantes (1-1 y 3-2 en penales) y a Atlético Rafaela (2-0). Por su parte, Central hizo lo propio tras vencer a Juventud Unida de San Luis (3-1), Tigre (1-0), a River (0-0 y 5-4 en penales) y a Argentinos Juniors (5-0).

El partido.

El nivel de los 90 minutos de juego estuvo muy por debajo de lo esperado. El nerviosismo y el miedo al error se adueñaron del partido, dejando al encuentro sin ningún equipo protagonista.

Nadie quiso arriesgar y los segundos fueron transcurriendo. Lo tuvo Ábila al final del partido tras un gran pase en profundidad de Toranzo, pero Caranta le hizo tragar el grito de gol.

El 0 a 0 fue inamovible y ambos equipos debieron definir al nuevo campeón en los penales. En esa instancia, la historia de Huracán tenía preparada una hoja para anotar un nuevo nombre: Marcos Díaz.

En la previa a la definición, la angustia y la ansiedad se adueñaron de la escena. La popular canalla, que esperaba definir la serie antes de los tiros desde los 12 pasos, enmudeció. Sobre esa tribuna se decidió patear.

Díaz de penales.

Gonzalo Martinez fue el encargado del primer penal, pero Caranta se quedó con su remate. Mientras que Barrientos inició con gol la tanda de los rosarinos. Eduardo Dominguez agarró la pelota y desató el primer grito quemero con un fuerte remate, pero Rafael Delgado volvió a poner arriba a Central. Ramón Ábila fue el tercer designado, pero los penales no son la mejor faceta del goleador y su disparo se fue bastante desviado.

Las caras en la tribuna del Globo no parecían comprender. Después de tanto sufrimiento, el título se escaba de las manos. Pero, ¿de qué manos hablan? ¿No confiaban en San Marcos?

Paulo Ferrari acomodó la pelota para darle la ventaja definitiva a Central, pero su remate se estrelló en el palo y salió. Vuelta a la vida para todos los quemeros.

Rodrigo Erramuspe con una envidiable tranquilidad, puso la igualdad en el marcador. Mauricio Caranta tenía la oportunidad de poner nuevamente arriba a los rosarinos, pero apareció King Kong con un vuelo extraordinario para poner el empate en la serie.

Torassa, Abreu, Arano y Correa convirtieron sus respectivos penales, estirando aún más la proclamación del nuevo campeón. Federico Mancinelli puso el 5 a 4 con un fuerte derechazo. El mismo Pelado cuenta que hizo tras convertir: "Me acerqué a Marcos y le dije que se deje de joder, que debía terminar con el sufrimiento".

Hernán Encima es el nombre que ningún hincha de Huracán se olvidará: fue el Sapito el encargado de patear el último penal. El resto ya es historia, historia quemera: vuela Marcos Díaz y el Globo campeón.

En toda esta historia, hay un hombre que siempre creyó en los suyos: Néstor Apuzzo. El 'Gordo' agarró un fierro caliente cuando nadie quería hacerse cargo y llenó de confianza a sus jugadores. Por eso, hay un gran mérito en el técnico quemero más ganador aunque sólo dirigió los últimos dos partidos.

Un año después...

Todas las sensaciones y emociones ligadas a un club de fútbol las transcurrieron los quemeros en este año. Luego de salir campeón, el Globo sabía que jugaría la Copa Libertadores del 2015, pero no sabría si lo haría estando en Primera División. Recién conseguiría el ascenso un par de días después.

Luego de eso, muchas alegrías y varias desilusiones acompañaron los días quemeros. Este 26 de Noviembre lo encuentra disputando otro partido trascendental para su historia: Huracán recibe a River por la vuelta de la semifinal de la Copa Sudamericana.

A un año del desahogo tras esos extensos 41 años, ¡salud Globo!