Noche fría en Banfield para el reencuentro oficial de Independiente con su público tras el calvario de la B Nacional. Enfrente esperaba el siempre difícil Belgrano, el equipo Celeste se mostró sólido e inquieto sin sorpresas, sin embargo su falta de efectividad fue una de las claves para la superioridad del Rojo. Los dirigidos por Jorge Almirón no fueron un derroche de fútbol total, aunque para ser su primera aparición dejó una buena impresión y varios puntos positivos para rescatar.

El duelo comenzó con el conjunto conducido por Ricardo Zielinski tomando la iniciativa e intentando sorprender en el fondo a una defensa cargada de juveniles. A pesar de esto, con el correr de los minutos los de Avellaneda se acomodaron en el terreno de juego y comenzaron a dejar en claro cuál era la idea que tratarán de exhibir en el Torneo de Primera División 2014. Toque y juego, por momentos abusando de él, el Rey De Copas buscó siempre salir jugando y asociándose hasta el campo de juego visitante.

La pelota detenida descubría las mayores falencias de la línea defensiva Roja. A diferencia de esto, Pisano, Pizzini, Mancuello y Bellocq hacían crecer a su equipo cada vez que tenían contacto con el esférico. A partir, justamente, de un buen remate de Francisco Pizzini, que obligó a una volada excelente de Juan Carlos Olave, se generó un tiro de esquina y de ese córner apareció el propio "Pancho" para tomar el rebote y estampar de volea el 1 a 0 a favor de los de Almirón a los 24 minutos.

A partir de la diferencia, Independiente comenzó a manejar la pelota con mayor tranquilidad, las jugadas asociadas se multiplicaron aunque sin lograr la profundidad deseada. Belgrano, por su parte, continuó intentando lastimar a través de los centros y de la figura de César Pereyra. Sin embargo, sus arrestos fueron bien contenidos por la el fondo Rojo o malogrados por los propios jugadores del Pirata.

La segunda etapa comenzó con mucha intensidad, el cuadro de Avellaneda mostraba sus intenciones por ampliar la diferencia y el Celeste parecía desconcertado en esos primeros minutos. Fue así que tan solo 4 minutos después de haber reiniciado el cotejo, Matías Pisano, tras una buena asistencia, encaró hacia el arco juntando a cuatro defensores del equipo cordobés para luego habilitar a un Francisco Pizzini quien remató y con un desvío fortuito en un defensor descolocó a Olave para poner el juego 2 a 0 a favor de los Diablos Rojos.

Los dirigidos por Zielinski no se resignaron y continuaron en búsqueda del descuento, aunque una y otra vez se encontraron con una defensa bien plantada y principalmente con sus errores en la definición que le impidieron sacudir las redes defendidas por Diego Rodríguez.
A su vez, con el resultado más amplio y con el pasar de los minutos, Independiente comenzó a consolidar la idea pregonada por su entrenador de no rifar el balón y buscar siempre jugar al ras del piso, lo que le permitió en más de una ocasión tener la oportunidad de gritar algún gol más. No obstante, el resultado quedó inmóvil y la victoria quedó en Buenos Aires.

Aún quedan muchas cosas para mejorar, tanto en unos como en otros. A pesar de esto, la actitud y principalmente la intención de este Rojo de jugar y hacerse fuerte con los chicos generó una mueca de alegría en sus hinchas que ya piensan en el debut del próximo día domingo, desde las 15:15 h ante Atlético de Rafaela en el Estadio Libertadores de América. Habrá que esperar para ver si los refuerzos le dan un plus al equipo que ya espera en octavos de final de la Copa Argentina a Estudiantes de La Plata.
Algo es seguro: Independiente, de la mano de Almirón, tocó y se copó.