Calurosa tarde de fútbol e ilusión en el Libertadores de América. El Rojo comenzó ganando antes del minuto de juego con una avivada de Francisco Pizzini, quien se apuró en enviar el córner para que Juan Martin Lucero pusiera en ventaja a los locales de cabeza. A partir de eso, el juego mantuvo una tónica clara, Independiente probaba, subía y se mostraba más criterioso con el balón ante un Tigre que con esfuerzo buscaba sin suerte el empate.

Sin embargo, no todo fue alegría y aplausos en Avellaneda, ya que durante esa primera etapa el conjunto dirigido por Jorge Almirón tuvo varias jugadas asociadas y de peligro claro para poder estirar la ventaja, pero en todas ellas se falló en el último toque lo cual dejó en claro la falta de eficacia por parte de los jugadores.

Para colmo, en uno de los pocos avances de Tigre un pase entre líneas encontró completamente solo y habilitado a Pablo Vitti que sobre los 40 minutos puso nuevamente la igualdad en el marcador. Ni siquiera allí se enfrió el ímpetu del Rey De Copas, ya que cuando el reloj cantaba los 47 minutos, una buena jugada preparada en la que Montenegro se la dio a Mancuello para que este enviase el centro y hallara al Gato Lucero quien una vez más estampo la ventaja para los Rojos.

En el segundo tiempo las cosas no cambiaron, con una dupla de delanteros en Independiente rápidos, peleadores e inteligentes, con un Montenegro realizando un gran partido como armador, con un Méndez muy aplicado y con una defensa solida el conjunto local se mostraba mejor. Se olía en el ambiente esa sensación de observar un equipo muy superior al otro en el campo de juego.

Pero se nombró a casi todos y no al capitán. Federico Mancuello merecía un párrafo aparte en esta descripción de lo sucedido entre el Matador y el Rojo. Es que el abanderado de los hinchas a los 11 de esa segunda etapa cerró el trámite con un gol, que sin importar hace cuantas fechas lo venía buscando, no deja de ser un gol magnifico y extraordinario. El volante envió un córner bien cerrado al primer palo de Javier García y así logró cumplir con su objetivo de señalar un gol olímpico.

A partir de allí, sobraron 30 minutos que sólo sirvieron para ver a un equipo ordenado, correcto, con muchos pases y sin desesperación haciendo correr los minutos a la espera de que el árbitro señalará el final del juego. Independiente ganó, pero lo más importante es que jugó un muy buen fútbol que le permite por ahora ubicarse como escolta de River a dos unidades del conjunto de Gallardo e ilusionar a sus hinchas que aspiran a festejar en Diciembre. Se encendió el sueño.