En el día de la fecha se cumplen, exactamente 50 años de uno de los mayores logros que consiguió Independiente de Avellaneda, el Bicampeonato en la Copa Libertadores. El 15 de abril de 1965, en el Estadio Nacional de Chile se enfrentaron el Rojo y Peñarol, a fin de conquistar dicha copa internacional. Lo cierto es que el equipo argentino derrotó por 4 a 1 al rival, confirmando de esta manera la mística que desde el ’64 no se fue.

Recordemos que fue en 1965 también, cuando la Copa Libertadores de América adquiere ese nombre, en honor a los líderes de la emancipación de América del Sur. Al año siguiente se decidió la participación de los subcampeones, y en el año 2000 se agregaron más cupos para los siguientes equipos de los torneos locales.

Independiente aquel año se enfrentó por la semifinal ante el Club Atlético Boca Juniors, al cual le ganó el primer partido 2-0, el segundo lo perdió por la mínima y la final empató sin goles. Lo que le permitió el acceso a la final ante el poderoso Peñarol, que había dejado atrás al Santos de Pelé (goleador de la Copa de ese entonces).

El partido de ida se jugó el 9 de abril, cuando Independiente se impuso por la mínima con gol de Raúl Emilio Bernao en Avellaneda. La vuelta fue en Montevideo, y de hecho, fue para Peñarol, quien derrotó al Rojo por 3 a 1. Los goles uruguayos fueron obra de Tito Goncalvez, Miguel Reznik y de Pedro Rocha, mientras que el gol visitante fue de Vicente de la Mata.

Pero la historia no estaba escrita en lo más mínimo. Dada las circunstancias de dicho momento, se debió llevar a cabo un tercer partido. El escenario principal fue el Estadio Nacional de Chile, donde frente a 40.000 personas que vistieron de fiesta y esperanza, argentinos se enfrentaron a uruguayos. Independiente frente a Peñarol por la victoria.

Ya habían pasado 30’ cuando el Rojo de Avellaneda ganaba por tres goles, autoría de Pérez en contra a los 9’, Bernao a los 27’ y Avallay a los 33’. Independiente fue un claro dominante desde principio a fin de cotejo. Peñarol dio batalla pero muchos errores hicieron certezas de su rival. Al minuto 44 Joya logra convertir el único tanto uruguayo del partido, de manera que en el segundo tiempo la ilusión no se apague.

Pero no fue diferente, a Independiente se lo notó exhausto pero no inferior; la excepción fue que sólo un gol (golazo) se anotó en dicho período, y fue para los argentinos, obra de Mura a los 81’ dejando atrás cuatro defensores y venciendo el arco de Mazurkiewicz, dictando la sentencia definitiva por 4 a 1, y elevando al equipo en lo más alto de la gloria.

El Rojo alzó la victoria con: Santoro; Navarro y Decaria; Ferreiro, Acevedo y Guzmán; Bernao, Mura, Avallay, De la Mata y Savoy;

Peñarol formó con:Mazurkiewicz; Pérez y Varela; Forlán, Goncalvez y Caetano; Ledesma, Rocha, Reznik, Silva y Joya.

Resumen de la final: