Con River, Boca, San Lorenzo y Racing apuntando de lleno a la Copa Libertadores, el equipo de Mauricio Pellegrino es el favorito a quedarse con el Torneo de Transición y así lo entiende el conjunto de Avellaneda.

Siempre los clubes grandes están obligados a pelear en los primeros puestos, tanto en las competencias domésticas como en la internacionales. Pero en el caso de Independiente, este año la obligación es doble. Ya pasó más de una década sin que el "Rojo" tenga una alegría a nivel local. 

El Apertura del 2002 fue el último campeonato que ganó Independiente. Aquel equipo dirigido por Américo Rubén Gallego que se consagró en la última fecha ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro y contaba con Gabriel Milito, Lucas Pusineri, Daniel Montenegro, Federico Insua y Andrés Silvera, entre otros. En el 2010 el "Rey de Copas" volvió a brillar en el plano internacional, de la mano de Antonio Mohamed, con los goles de Facundo Parra en aquella recordada final ante el Goiás de Brasil en el Libertadores de América, ganó por penales la Copa Sudamericana y sumo una nueva estrella.

Entre el último título y la actualidad, pasó la etapa más negra y triste del club. Un descenso. Un duro paso por la B Nacional y una vuelta a Primera División con una nueva dirigencia. Una directiva que de a poco va despertando a este gigante dormido. Bajando el pasivo, con obras en los predios de Villa Domínico y Wilde, con avances constantes en la construcción del estadio pero con un déficit en lo futbolístico.

Es por eso que reforzó este equipo con jugadores de jerarquía para poder sacarse esa espina de un logro deportivo. Las expectativas para este semestre son altas, es lo que se transmite desde adentro hacia afuera y desde afuera hacia adentro. Los jugadores y el cuerpo técnico saben que el club necesita y la gente quiere el campeonato, se los exigirá, como manda la historia de Independiente.