Que difícil debe ser enfrentar partidos donde tenés más para perder que para ganar. Si perdés es una catástrofe, pero si ganás no pasa nada, es muy raro. Este es el panorama al que se enfrentaba Independiente al jugar frente a San Telmo.

Ejemplos de equipos claramente inferiores que pudieron derribar a un grande hay miles (Leicester lo acaba de hacer en toda la temporada) pues tener un mejor plantel no siempre está relacionado a tener un mejor equipo. Lo cual no implica que los casos donde gana el equipo inferior sean la regla, sino que son excepciones, pero si Independiente quería clasificar a loas 16vos de final debía tomarse el partido en serio y no como un amistoso.

Enfrentar el partido con mayoría de titulares ya era un indicio de que Pellegrino le daba la importancia que merecía el encuentro, ahora faltaba que los jugadores no se confíen y mantengan la misma seriedad. Y eso ocurrió en la mayoría de los casos, pero no en todos (Aguilera, Campaña, Denis y Cuesta por ejemplo ). Tomarse un innecesario tiempo más, tocar con displicencia, trotar, sacar la pierna a la hora de trabar, todas actitudes que se repitieron en algunos jugadores y que impidieron que Independiente liquide el partido. Y si eso lo sumamos a algunos muy bajos rendimientos como los de Benitez y Toledo, el Rojo casi que lo termina sufriendo.

Pero no todo es malo, claro que no, Independiente creó varias situaciones de gol, Fernández tuvo una muy buena actuación, Aquino mejoró en el segundo tiempo, el Marciano Ortiz controló el partido en los primeros 45 minutos, el Torito nunca se complicó y Tagliafico demostró una vez más por qué es el mejor lateral izquierdo del país. 

El primer tiempo del Rojo fue bueno, se plantó en el campo de San Telmo y lo fue a buscar como debía. Dominó el partido, tuvo la pelota y creó varias situaciones de gol. El arquero del Candombero y la displicencia en algunas definiciones hicieron que el equipo de Pellegrino se vaya sólo un gol arriba del entretiempo. ¿El gol? Una jugada que se ensucia un poco en el área y luego el mejor del primer tiempo, Leandro Fernández, define de manera excelente en el área.

El segundo tiempo fue bastante distinto, San Telmo dejó de defenderse en su campo y lo fue a apretar al Rojo presionando a los centrales, con más intensidad en mitad de cancha y animándose un poco más con la pelota. El segundo gol de Aquino parecía haber terminado con las chances del equipo del ascenso, pero la defensa de Independiente falló y le permitió a Oviedo lograr el descuento. De ahí en adelante fue todo imprecisiones en el Rojo, costaba mucho generar situaciones de gol y cuando lo hacían no las definían. Independiente se pasó todo el segundo tiempo seduciendo a la desgracia que, por suerte, no se sintió atraída. 

No hay mucho más para analizar, Independiente jugó el partido con la seriedad que merecía y pasó de ronda. La diferencia pudo haber sido más amplia, pero los errores en las definiciones lo impidieron. Peor es no poder clasificar...

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Sebastian Saco
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