Quizás por la nula obligación, por la falta de tensión o porque está a la espera de Gabriel Milito. No sabemos por qué, pero Independiente aplastó por 3-0 a un frío y descomprometido Quilmes que se quedó en el vestuario. Excelsa actuación, soberbia, y ejemplar. El equipo fue la figura, no hubo uno, ni dos, no tres destacados: los once fueron descollantes y principales propulsores de un resultado que se quedó corto.


Siempre suelen sobresalir uno o dos protagonistas por partido en el Rojo. Esta vez, para bien del mundo Independiente, fue el equipo en conjunto el que brilló y anuló al local:

- El arco no fue amenazado ni expuesto con peligro. Martín Campaña no se preocupó, descolgó y respondió en las mínimas veces que tuvo que intervenir.

- La defensa no pasó sobresaltos: atentos, firmes y limpios a la hora de salir jugando. Gran adaptación del juvenil Rafael Barrios, sereno y decidido. Cumplidora participación de Hernán Pellerano y notable partido de Víctor Cuesta (convirtió el tercero de cabeza), indiscutido en este equipo y, ahora, jugador de Selección. Sublime Nicolás Tagliafico, siempre alerta, sólido y trabajoso, hasta en el 3-0 parcial, cerrando un torneo impecable para él. Los laterales se dieron el gusto de atacar de manera incisiva.

- El mediocampo se mostró estructurado y ofensivo: con el Torito Rodríguez como único volante central, donde se lo notó cómodo, seguro y tuvo una noche casi inmejorable, es el Torito que conocíamos antes. También volvió a su nivel, por lo menos hoy, Martín Benítez, escurridizo, peligroso y con un pie preciso (magnífica asistencia a Rigoni en el gol de Vera). Relevante la labro de Emiliano Rigoni (primer gol y asistencia en el segundo), veloz, hiriente, incansable. Se transforma pieza clave en la mitad y los últimos metros para el ataque. Un AS bajo la manga. Por último el debut de Domingo Blanco, quien se mostró ágil e interesante, bien por el juvenil que de a poco suma minutos y demuestra no tener miedo aunque aún debe corregir detalles.

- La delantera punzante: gran asociación con el mediocampo. Leandro Fernández bajó a buscar la pelota, la llevó, corrió y fue peligroso. Quizás no fue preciso a la hora de definir o de terminar la jugada, pero cumplió y es un gran arma para Milito. Su compañero, Diego Vera, presionó, exigió y fue útil. Espléndida asistencia de taco en el gol de Rigoni y el segundo gol abajo del arco. Buen aporte.

El primer tiempo fue paliza, el segundo se bajó un poco le pie del acelerador, pero el equipo nunca dejó de ser el único amo y patrón del partido. Los ingresos de Gastón Del Castillo, Rodrigo Gómez y Germán Denis aportaron frescura y más chances para ampliar el marcador. La figura, sin dudas, el equipo.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Martín Garrone
Periodismo Deportivo.