Ezequiel Barco: Otro partido de titular que suma el juvenil de 17 años. Me resulta difícil cargarlo de responsabilidades a un chico que está haciendo sus primeros pasos en primera. No se le puede caer a él por la falta de generación de juego que a veces sufre el equipo. Es más, las jugad más claras que tuvo Independiente surgieron de una combinación entre él, Sanchez Miño, Blanco o Benitez. Movilidad, gambeta y cambio de ritmo eso es lo que tiene, que no es poco, sin embargo aún parece costarle jugar los 90 minutos y es completamente lógico. No obstante, otro buen partido de Barco que sigue mostrándose como una variante muy interesante a la que puede acudir Milito cuando crea necesario.

Julián Vitale: Si uno repasaba el plantel de Independiente a principio del torneo se iba a encontrar con la preocupación de que el Torito Rodríguez no tenía un reemplazante claro. O mejor dicho, la diferencia que había entre Rodríguez y Vitale era demasiada. Julián había tenido partidos poco convincentes hasta la fecha, muchas veces se lo notaba perdido o falto de maduración como para estar en primera y en la pretemporada muchas veces Milito lo probó como central, por eso es que este partido contra Quilmes era clave para saber cómo se encontraba y por lo menos a mi me sorprendió muy gratamente. Se lo vio muy cómodo, seguro en los pases, sabiendo cuando ir a presionar y cuando no y se bancó muy bien el medio casi solo porque no tenia otro jugador con cierta noción defensiva a su lado. En este nivel si puede ser un digno reemplazante del uruguayo.

Nicolás Figal: Muchas de las cosas que viene haciendo Figal ya las dejé expuestas aquí, no obstante este partido volvió a demostrar por qué Milito confía tanto en él. Jugando como stopper por la derecha cuando el equipo se paró con linea de 3 y jugando como primer central siempre se mostró como opción de salida, tuvo muy buen criterio en los pases y siempre empujó al equipo desde el fondo. El mejor del Rojo en este empate.