En un José Amalfitani con una buena cantidad de público local se jugó el partido más interesante del día, ya que cruzaba al líder con puntaje ideal, Vélez Sarsfield, con un Lanús siempre ofensivo que venía de menor a mayor.

El conjunto del Sur tuvo las más claras del partido. La banda izquierda fue nuevamente el lugar por excelencia para administrar la ofensiva del equipo. El jugador más claro por ese sector fue el capitán, Maximiliano Velázquez, que siempre se mostró como opción de pase y gestionó jugadas peligrosas para el arco rival.

La zona más floja fue la mitad de la cancha, que tuvo a un Pulpito González y a un Ayala que no demostraron su mejor cara. Con el correr de los minutos se les complicó cada vez más la distribución del juego. El que estuvo firme como casi todos los partidos fue Leandro Somoza, quien se encargó de acomodar al mediocampo en su faceta defensiva.

El equipo del Melli tuvo una buena actuación en su última línea. La tan cuestionada defensa, que en el último partido frente a Estudiantes había demostrado una mejora, volvió a tener una buena actuación, cerrándose bien sin dejar espacios y obligando al rival a disparar de afuera para generar daño.

Agustín Marchesin cumplió con su tarea sin demasiadas exigencias del rival. Sólo tuvo dos errores, el primero fue en el primer tiempo que salió mal a cortar un centro desde el tiro de esquina y el segundo y más importante fue en el gol de Lucas Pratto, en el cual no logró contener bien la pelota y se la terminó cediendo al delantero del Fortín.

Lanús no jugó mal, pero tampoco se lo puede calificar como un buen partido. Ahora, Guillermo Barros Schelotto tiene que poner la cabeza en Olimpo y buscar la victoria en casa.