Luego de las eliminaciones de Huracán y River en los octavos de final de la Copa Libertadores, Racing se presentó en Belo Horizonte con la misión de quebrar la tendencia negativa que atravesó el fútbol argentino. Pero enfrente tendría a Atlético Mineiro, uno de los mejores equipos de Brasil que demostró su jerarquía en el empate sin goles conseguido en Avellaneda.

"Perdimos por detalles mínimos te dan la pauta a la hora de ganar o perder partidos. Hicimos un esfuerzo grande, pero al final del camino ellos siguen y nosotros nos quedamos afuera, así que nos vamos con bronca e impotencia porque dejamos todo, pero no alcanzó", declaró Lisandro López, quien consiguió el empate parcial del equipo de Avellaneda mediante un cabezazo que terminó en gol.

“Los dos tuvimos situaciones para hacer otro gol, fue un partido dentro de todo parejo como en Avellaneda. Dejamos todo, pero se nos escapó al final y no alcanzó”, destacó el delantero preocupado y desanimado por la eliminación del conjunto albiceleste del torneo internacional.

Sobraron los centros y sobró el empuje. Hasta el propio arquero fue a la caza de la salvación. No hubo caso, no hubo manera. Aunque no sea sencillo digerirlo, la ilusión copera llegó a su fin. El casi millar de hinchas racinguistas, que en el entretiempo habían sostenido una trifulca con la policía local, se iban del estadio Independencia con la tristeza de la eliminación y el orgullo por la valentía exhibida por sus futbolistas en la cancha.

Ahora solamente y hasta que jueguen este jueves, Boca y Rosario Central siguen en carrera de los seis argentinos que empezaron la competencia (San Lorenzo se quedó en la fase de grupos).

El resultado en Belo Horizonte privó a Racing de acceder a los cuartos de la Copa Libertadores. El equipo comandado por Facundo Sava había puesto todas sus fichas a este torneo continental, buscando su segunda corona. Pero es historia acabada.