Esta noche, a River le costó más de la cuenta derrotar a Colón de Santa Fe para avanzar a los cuartos de final de la Copa Argentina. En un partido en el que dominó ampliamente, el elenco de Núñez finalmente logró imponerse, pero debió recurrir a la tanda de penales para lograr la clasificación.

Es cierto que la Copa Argentina es un torneo muy importante, pero para ser sinceros, no es la principal prioridad para este River. Por eso, su entrenador se la jugó poniendo en cancha a algunos suplentes y varios pibes. Sin embargo, la propuesta no cambió. En algunos casos un poco más, en otros un poco menos, pero esta versión alternativa repitió tanto virtudes como defectos que el “River Titular” demostró ante Central el último fin de semana.

La idea del DT es clara. Gallardo pretende un equipo bien ofensivo, rápido y ancho, que se adueñe de la pelota y que cuando no la tenga, meta mucha presión. A pesar del poco tiempo que el Muñe lleva en el cargo, el plantel parece haber adoptado la iniciativa del nuevo entrenador y juega a eso.

River ataca siempre, maneja la pelota y presiona. Obviamente, en algunos momentos más y en otros menos, pero lo hace. Incluso, hasta ofrece alternativas ofensivas abriendo la cancha con los laterales o entrando  por el medio a pura triangulación. Pero falla en el momento crucial. Le falta frialdad para terminar en el área, todo lo bueno que produce metros atrás. A este River le cuesta meterla y eso, hoy casi le cuesta caro. Merodeó el área rival, hizo trabajar a los defensores santafesinos, pero nunca supo encontrar la forma de vencer al arquero de Colón.

Pero esa no fue la única falencia que el Millonario mostró esta noche. Si bien es cierto que Colón le cedió el protagonismo, cada vez que el elenco sabalero lo atacó, desnudó algunos desacoples defensivos del fondo riverplatense. El hueco que quedaba entre Funes Mori y Urribarri fue aprovechado por los delanteros rojinegros, sumado a que en cada contraataque rival, el mediocampo estuvo lento para retroceder y superar la línea de la pelota.  

Marcelo Gallardo, sin dudas, deberá potenciar las virtudes de su River y corregir estos errores de cara a lo que viene, porque no todos los rivales serán tan dóciles como Colón o Central, ni siempre la fortuna jugará a su favor como lo hizo esta noche.