Al finalizar el histórico Súper en Mendoza, Gabriel Mercado fue de los que más enojados se fue del Malvinas Argentina y les gritó con un exabrupto a Carlos Sánchez y Teo Gutiérrez. El fastidio del chubutense no era menor, ya que ambos condicionaron con sus expulsiones que eran totalmente evitables. Que no hayan completado el partido desató la furia del defensor.

Más explíctio fue el de Teo, que jugó un partido para el olvido y encima se fue a las duchas antes de tiempo. El caso del cafetero es para el análisis: es una de las figuras del plantel, de los jugadores más codiciados del continente, incluso en cada mercado de pases amaga con armar las valijas pero termina quedándose.

Con el Torneo Final y la Copa Sudamericana (Mundial histórico para Colombia de por medio), Gutiérrez se puso en el bolsillo a los hinchas de River, a base de goles, jerarquía para jugar y encarar y un estilo extrovertido que lo convierte en referente y voz autorizada en el mundo de Núñez.

No obstante, si bien se trató de un amistoso, Teo otra vez falló. Faltó. Reprobó. Desapaceció. Se eclipsó. En un Superclásico. Porque solo le convirtió un gol a Boca (irónicamente en Mendoza, en el 2-1 del verano 2014 por la Copa Nofal) y en muchos compromisos claves no está.

Hay que recordar el Superclásico del 30 de marzo en al Bombonera, aquel "no córner" y esl testazo de Funes Mori. En ese encuentro le entregó el pase-gol a Manu Lanzini (1-0 parcial) y se mostró en plenitud.

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También hay que destacar que en la recta final del campeonato que River se llevó a las vitrinas fue determinante, convirtiendo ante Atlético Rafaela (2-0), Vélez (1-0), Argentinos Juniors (2-0) y doblete a Quilmes (5-0).

Además, en la vuelta de la semifinal ante el Xeneize por Copa Sudamericana, si bien no convirtió, se llevó marcas y pisó la pelota durante casi seis minutos en el epílogo, haciendo echar al Cata Díaz y logrando el pase a la final (y la Copa al Monumental).

De todos modos, en la final de la Sudamericana contra Atlético Nacional estuvo inactivo, tanto en la ida como en la revancha, en esta última fallando clarísimas chances de gol, pero Pisculichi salvó a todos con su pegada magistral.

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El año de Teo fue brillante por los títulos e incluso fue elegido como el mejor jugador de América, según El País. No obstante, en los momentos que más se necesita su talento se elipsa.

Añadido a todo que cuando se saca condiciona a sus compañeros, y el antecedente del arma que portó tras un 1-4 de Racing ante Independiente lo marcó para siempre. En River no tuvo episodios similares, pero lo sucedido en la noche mendocina se asemejó.

Traído por insistencia de Ramón Díaz y mostrando todas sus luces con Gallardo, el de Barranquilla tuvo una desazón futbolística que culminó en esa roja. En Mar del Plata mostró destellos pero tampoco hizo mucho para revertir aquel encuentro, mucho más digno en resultado: 0-1.

Con 53 partidos oficiales y 20 goles, con tres títulos y una popularidad ganada, Teo tiene aún crédito para seguir dentro del equipo. Decidirá Gallardo si necesita una lección y sentir el frío del banco de suplentes para bajar revoluciones y volver al verde césped a demostrar fútbol y no roces con rivales.

Contra San Lorenzo tiene la gran chance de lucirse (al Ciclón le convirtió dos goles en 2014) y sumar la Recopa a su palmarés, y dejar atrás este episodio. ¿Podrá lograrlo?