Cuando Marcelo Gallardo tomó la vacante de Ramón Díaz, una de sus mayores preocupaciones era la falta de refuerzos para afrontar el Torneo de Transición, la Copa Argentina y la Copa Sudamericana. Con la ida de varias figuras del River campeón del Final y solo con las vueltas de sus préstamos de Carlos Sánchez y Rodrigo Mora, el Muñeco estaba preocupado, pero la única incorporación de ese invierno le quitó los dolores de cabeza al DT: Leoanrdo Pisculichi.

El enganche, que venía de jugar en el Argentinos Juniors que había perdido la categoría, era observado de reojo y hasta con cierta desconfianza en Núñez. No obstante, el semestre pasado se encargó de disipar todas las dudas a base de goles y asistencias extraordinarias gestadas de su pie zurdo prodigioso, clave en el campeonato y más aún en la Sudamericana, donde convirtió el gol más gritado de la década por los hinchas millonarios (el que le hizo a Boca en la semifinal) y ejecutó los córners que derivaron en los cabezazos a la red de Mercado y Pezzella en la final contra Atlético Nacional.

Piscu en River: 33 partidos, 7 goles, 2 asistencias y 2 títulos.

El zurdo, que ya con más de 30 años y varias temporadas en el fútbol árabe, fue el enganche que llevó al Millonario a la conquista continental y a pelear hasta el final el torneo doméstico. Lejos de ser el típico 10 revulsivo, gambeteador y veloz, Piscu aportó al equipo la pausa necesaria para pensar y la precisión quirúrgica para asistir, apareciendo en los momentos exactos. El trabajo de presión y asfixia permanente la llevaban a cabo sus compañeros, mientras él calibraba su botín en las pelotas paradas, su arma mortífera, pesadilla de todas las defensas rivales.

Sin embargo, con la Copa en casa y la pretemporada, Pisculichi comenzó el 2015 en una versión menos lúcida, más insípida, menos participativa, más irregular. Tanto en la Recopa como en el debut en la Libertadores y en los partidos dque van del torneo de 30 el ex Argentinos estuvo en bajo nivel, sin ser el asistidor puntilloso que mostró ser meses atrás y condicionando al resto del equipo.

¿Pity le quitará el puesto?

De todos modos, a Piscu le queda crédito tanto para Gallardo como para la gente, ya que él fue el gran artífice del título de la Sudamericana. A pesar que pide pista Gonzalo Martínez, el flamante refuerzo estrella, el número 15 sabe que recién comienza la temporada y que en estos partidos que vienen tiene la chance de demostrar por qué acuñó para siempre en la memoria colectiva la frase "¡Qué viva el fútbol, Pisculichi!". Qué vuelva el fútbol. Que vuelva su fútbol, y su pegada.

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