Si a comienzo de año a Marcelo Gallardo le decían que iba a ganr la Recopa Sudamericana en febrero y que al 19 de abril iba a estar puntero del torneo (si es que le gana a Banfield seguirá arriba de todos) y en octavos de final de la Copa Libertadores, firmaba seguro.

No obstante, en lo que va de este 2015, el Millonario está en un clima que no termina de convencer, no por los resultados, sino porque el equipo no muestra ese volumen de juego brillante que se plasmó durante el rpriemr semestre del Muñeco en el banco.

Las llegadas de Gonzalo Martínez y Camilo Mayada, sumado a que no se fue ningún jugador, le dieron otro vértigo al conjunto de Núñez, pero el entrenador optó por formar dos equipos, desde la mims apretemporada, uno alternativo para jugar el torneo y otro con el "once de gala" para afrontar la Libertadores.

Despues de vencer a San Lorenzo en la Recopa, el Millo debutó en el torneo de 30 goleando 4-1 a Sarmiento como visitante, pero sufrió un duro cachetazo al perder 2-0 ante San José en la altura (la única derrota del año para La Banda).

En el certamen doméstico, con equipo suplente la mayoría de los partidos, River enderezó el rumbo en las fechas finales, consigueindo cuatro triunfos en hilera y ubicándose en lo más alto, e invicto.

En la Copa, los titulares sufrieron más de la cuenta para avanzar de fase, al punto que el Millo no había ganado ningún partido hasta el 3-0 contra San José, y con el 5-4 de Tigres ante Juan Aurich se cumplió la meta de estar entre los 16 mejores. El gran karma fue definir los duelos coperos anteriores, no obstante, y con siete puntos, alcanzó (aunque como peor segundo y con Boca esperando en octavos de final).

Con el brillante 2014 como recuerdo latente, Gallardo y su equipo pudieron sacar a flote al equipo, que estuvo al borde de una eliminacón prematura en la Libertadores, que iba a calar hondo en el orgullo de los hinchas y el club mismo.

La falta de variantes y las lesiones obligaron al DT a cambiar de táctica, empleando línea de tres en el fondo, y a mantener jugadores que no terminar de recuperar su sintonía futbolística (caso Pisculichi).

Se viene mayo, cargado de compromisos y de tensiones, con la obligación de apostar a más, que es la premisa del entrenador. De no quedarse con lo logrado y estra a la altura de las exigencias que la institución demanda. Este River, con otra faceta y salvado por individualidades (Barovero, Mora), a pesar de todo, sigue de pie y con la meta de seguir demostrando todo su potencial.

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