La historia rica de River se forjó hace muchos años, con nombres que quedaron en la memoria del pueblo riverplatense como Bernabé Ferreyra, Enrique Omar Sívori, Ángel Labruna y Alfredo Di Stéfano entre tantos otros que si quisieramos nombrar no nos alcanzaría una sola nota.

Uno de esos nombres que también forman parte de esta inmensa historia, es el de Enzo Francescoli, el uruguayo nacido el 12 de noviembre de 1961 que debutó a sus 18 años, en Montevideo Wanderers el 9 de marzo de 1980. Fue tanta la repercusión de sus actuaciones en el club uruguayo que los dirigentes de River en ese entonces, con Rafael Aragón Cabrera a la cabeza, pusieron los ojos en el Príncipe.

Por esos años, la realidad del equipo de Nuñez no era de las mejores, y no contaba con una figura rutilante después de la salida de Norberto Alonso en 1981 tras diferencias con Alfredo Di Stéfano, DT de River en ese momento, y sumándole las salidas de Passarella, Kempes y Ramón Díaz luego del Mundial de España 1982.

River fue a buscar a Francescoli como lo que era, una verdadera figura, y así lo sentían en Montevideo Wanderers, por lo que no fue nada facil su salida. Además, el poderoso Milan también tenía en carpeta al uruguayo ya que fue recomendado por Pepe Schiaffino, ex jugador de la entidad italiana.

Luego de dos meses de una larga negociación, y en el medio de dos asambleas de socios por parte del equipo uruguayo para aprobar la transferencia de Francescoli, el 20 de abril de 1983, el Flaco se convirtió por primera vez en jugador de River Plate. Cuatro días después (24 de abril de 1983) debutó en la victoria por 1 a 0 ante Huracán de Tres Arroyos en la segunda fecha del Campeonato Nacional.

Sus primeros años en el club no fueron fáciles, la adaptación costó, pero con el correr de los años se convirtió en uno de los máximos ídolos del club, una historia ya conocida por todos y que quedará para otra oportunidad señalar la cantidad de logros que obtuvo con su amado River Plate y de lo importante que es para todo el mundo del fútbol.

A 32 años de su llegada, hoy siendo el Secretario Técnico de la institución, aún le sigue dando alegrías a todos sus hinchas y quedará por la eternidad en la memoria de los que disfrutaron su fútbol y de los que no, pero así y todo se emocionan con tan solo escuchar el relato de sus hazañas. Por siempre, inmENZO.