Los Superclásicos ya empezaron a jugarse. Todo comenzó luego de la victoria 3-1 de Boca sobre Lanús y las contundentes palabras de Rodolfo Arruabarrena, entrenador xeneize, que dijo que la serie de octavos de final de la Copa Libertadores sería el 6 y 13 de mayo, cuestión que desde el club de la Ribera ya daba por hecho.

No obstante, la CONMEBOL no había emitido confirmación al respecto, lo que provocó un enojo de la digiencia boquense, sobre todo de Juan Carlos Crespi, vicepreseindente de ese club y directivo de AFA. Incluso hubo respuesta del mandamás del Millonario, Rodolfo D´Onofrio.

Luego de varias discusinones tanto en los medios como en las redes sociales, se estableció que el cruce de octavos entre ambos equipos argentinos será el jueves 7 de mayo en el Monumental (ida) y el jueves 14 en La Bombonera (vuelta).

¿Por qué tanto revuelo? Resulta que desde Boca especulaban que el hecho de jugar el jueves sería una ventaja deportiva para River, dado que tendría un día más de descanso tras el primer Superclásico, el 3 de mayo (por el torneo local), pensando que en ese encuentro ambos equipos pondrían suplentes priorizando la Libertadores, y que el equipo alternativo del Xeneize "es superior" al del La Banda, algo incomprobable hasta que se juegue el partido.

¿Por qué el jueves 7? Porque la televisación del certamen copero, a cargo de Fox Sports, había pactado exclusividad para los equipos brasileños el día miércoles 6 y pasándolo al día siguiente habría más espacio para la previa y vender pubilicidad, dado que se trata de uno de los clásicos más atrapantes del mundo.

De todos modos, la CONMEBOL recién confirmará los días y horarios una vez que finalice la Fase de Grupos y estén los 16 clasificados. Pero los Súpers van los jueves.