Había mucha expectativa había en el Estadio Universitario de Nuevo León, entre los protagonistas de la Copa Libertadores, River y Tigres, que se enfrentaron en la fase de grupos y se reencontraban en la gran final, que tuvo su primer capítulo en la calurosa tarde noche de Monterrey.

En los primeros minutos, el Millonario neutralizó a su rival, a base de presión, rotación y bloqueo de las bandas, uno de los fuertes del conjunto del brasileño Ferretti. No obstante, con el correr de los minutos, por medio de las subidas de Damián Alvarez y Jurgen Damm, Tigres comenzó a atacar y hallar espacios, teniendo a Gignac como referencia de área y la polifuncionalidad de Arévalo Ríos, que avisó en un buscapié que dio en Leonel Vangioni y el travesaño salvó a River.

En el primer tiempo, lo mejor se vio en los pies de Tabaré Viudez, que arrancó por la derecha y luego pasó a la izquierda, y fue receptor de varias faltas (de hecho, casi anota de tiro libre). De todos modos, el uruguayo no tuvo la companía que deseaba, ya que Rodrigo Mora y Lucas Alario no lograban desmacarse ni destacarse.

En le medio, buena tarea de Matías Kranevitter, que siempre trató de jugar a un toque, no así Carlos Sánchez, que tuvo empeño pero le faltó velocidad para circular la pelota, mientras que Leonardo Ponzio batalló como siempre.

En la defensa, el punto más alto fue Jonatan Maidana, sacando todo del fondo. Vangioni, por su parte, fue amonestado a los dos minutos de juego y eso lo condiconó a la hora de marcar. Ramiro Funes Mori estuvo sólido y Gabriel Mercado (que se perderá la revancha) alternó buenas y malas.

Marcelo Barovero fue exigido en pocas oportunidades, pero en todas respondió notable: en el primer tiempo, atrapó un cabezazo franco de Rafael Sobis y en el complemento una tapada a un tiro libre de Juninho y buen achique sobre Damm en un mano a mano.

Las altas temperaturas y la mala fortuna atentaron contra los planes de Gallardo, porque terminó el primer tiempo con la baja de Mercado para la vuelta y las lesiones de Viudez y Mora. Ingresaron Nicolás Bertolo y Pity Martínez, que en los primeros 10 minutos del complemento estuvieron con ganas y hasta combinando buenas jugadas en ataque, sin resolución.

Con el correr del segundo tiempo, Tigres se fue adueñando del terreno de juego, pero sus individuales, salvo chispazos esporádicos, no supieron resolver cómo aprovechar los espacios y River lo aguantó, bien parado en su bloque defensivo pero con pocos recursos para intentar lastimar con un contragolpe.

Ingresó Lucho González por Ponzio (tres cambios obligados por lesiones), y el ex Porto recuperó y relevó en el medio, mientras que Alario intentaba ser la referencia en ataque, pero no le quedó ninguna pelota clara para comprometer a Guzmán.

Lo bueno para River, definir la Copa Libertadores en el Monumental (basta con ganar), con prórroga incluida si es necesaria y con el marco  a favor; lo malo, la baja de Mercado y posiblemente se sumen Mora y Viudez. En siete días, termina esta serie, que ya entregó 90 minutos de tensión y lucha.