En la pretemporada de 2014, con nueva dirigencia y el ánimo renovado por la llegada del referente Fernando Cavenaghi, River comenzaba su preparación para el resto del año, que terminaría siendo glorioso y el punto de partida para este momento copero del Millonario. En ese receso, Ramón Díaz, DT por entonces, decidió darle pista a algunos de los canteranos, entre ellos a Lucas Boyé, delantero de buena talla (1,79 m.) y gran técnica, mostrada en el amistoso ante el combinado de San Luis, su carta de presentación.
El Pelado hizo debutar a Eder Álvarez Balanta, Tomás Martínez, Juan Cruz Kaprof, Federico Andrada, Gio Simeone y Sebastián Driussi el año anterior (2013), pero durante el primer semestre del 2014, donde La Banda ganó el Torneo Final y la Copa Campeonato, Boyé no tuvo minutos. Sin embargo, tras la partida del riojano y la llegada de Marcelo Gallardo, sumado a la gran cantidad de bajas, el oriundo de San Gregorio al fin tuvo su bautismo oficial, en la Copa Argentina 2014 ante Ferro (0-0 y 6-5 por penales). Luego, el Muñeco se la jugó y lo puso de titular ante Gimnasia, en el debut del Torneo de Transición 2014 (1-1).
Con el equipo mostrando un nivel superlativo y la confianza por las nubes, este delantero fue sumando partidos y su estreno en la red se dio antes de lo esperado: en el Nuevo Gasómetro, frente al San Lorenzo campeón de América, cerró el clásico con un gran cabezazo, para liquidar el pleito por 3-1, tras centro de Tomy Martínez.
Pese a su continuidad, luego el delantero estuvo errado con el arco y comenzaron los primeros murmullos, eclipsados por el título de la Copa Sudamericana, con eliminación a Boca incluida.
En la pretemporada 2015, Boyé formó dupla con Cavenaghi en los equipos suplentes, pero tampoco pudo marcar. Su falta de confianza se evidenciaba partido a partido, y es así que fue perdiendo terreno con los otros juveniles del plantel que venían pidiendo pista.
Con doble frente por jugar, Gallardo optó por priorizar la Copa Libertadores con los titulares y darle la chance a los suplentes en el torneo de 30 equipos. Así, Lucas regresaba a los primeros planos con su segundo gol en Primera, en La Paternal ante Argentinos Juniors, para ganarle 2-1 al Bicho. Parecía que éste iba a ser un punto de partida, pero el delantero volvió a pincharse.
A sus 19 años, lleva 32 partidos oficiales en River (12 de titular y 20 entrando desde el banco), con dos goles y varios interrogantes. Pero ahora se le abre una oportunidad, de irse a préstamo a Newell´s y ser parte de pago por Milton Casco, cuya llegada a Núñez es inminente. Esto es posible dado que La Lepra vendió un jugador al exterior (Ezequiel Ponce a la Roma) y hasta el 10 de septiembre hay tiempo de concretar la operación.
Antes de ir a Rosario, Boyé debe renovar su contrato con River (que expira el 30 de junio de 2016) y regresar al club con más pista y goles en la máxima categoría, como lo está haciendo Gio Simeone en Banfield. Un diamante en bruto que demostró cualidades y condiciones pero, incluso en un buen momento del equipo, no logró destacarse.