Una nueva edición del Superclásico, el último del año. Si bien no se jugaba nada por los puntos, todo River-Boca tiene un condimento especial, y así lo sintió la gente que colmó el Mario Alberto Kempes, con ambas aprcialidades. Nada de amistoso.
Con equipos alternativos en ambos bandos, la pelota comenzó a rodar en el verde césped y desde los primeros minutos se sintió el rigor del encuentro, sin regalar espacios y proponiendo un juego dinámico y luchado.
Boca comenzó con más precisión, con la velocidad de los volantes y contó con la primera chance, a los 5 minutos, en un remate del chileno José Fuenzalida que atrapó Julio Chiarini en dos tiempos. El Xeneize manejaba mejor el esférico, hasta que a los siete minutos apareció primero Rodrigo Mora, que se la dio a Leonardo Pisculichi, que de primera habilitó a Luis González y Lucho no perdonó: ajustició a Guillermo Sara para abrir el marcador.
Luego del primer tanto, el equipo de Arruabarrena se adelantó en el campo de juego pero con pelotazos, mientras que los de Gallardo apostaban a la recuperación y salir rápido de contragolpe.
A los 25 minutos, tuvo el empate Lisandro Magallán, que conectó de cabeza un buen centro y aprovechó a mala salida de Julio Chiarini. La pelota pegó en el travesaño, pero el arquero cordobés impactó en el rostro del defensor. Era penal, no advertido por Federico Beligoy.
El clásico iba tomando calor y los protagonistas, sobre todo del lado de Boca, empezaron a calentar el partido. Es así que los 28 minutos, Luciano Monzón fue expulsado y dejó con 10 hombres a su equipo, tras una dura entrada sobre Mora. River terminó el primer tiempo con tranquilidad, pero sin generar peligro más allá de los desbordes de Tabaré Viudez.
En el complemento, el Millonario empezó dominando, sobre todo con el juego de Leonardo Ponzio en el mediocampo, pero sin plasmar el predominio con llegadas concretas, con imperfecciones.
A los 12´del complemento, Andrés Chávez tuvo una ocasión clara, entrado desde el costado izquierdo y dejándola picar, pero la pelota pegó en el costado externo de la red.
El Vasco movió el banco con los ingresos de dos juveniles, Franco Cristaldo y Sebastián Palacios; pero también el Muñeco con el Pity Martínez y Javier Saviola, para intentar liquidarlo.
El Xeneize, sin tener ideas claras, apretaba y contó con agunas insinuaciones con Chávez como referencia de área, y a los 26´ Cristaldo lo tuvo de cabeza, en una jugada de tiro de esquina, pero se marchó apenas afuera.
Por su parte, los delanteros de River caían permanentemente en fueras de juego y no lo podía liquidar. Boca seguía atacando: a los 30 minutos, la perdió Emanuel Mammana, ganó Chávez y conectó de cabeza, pero justo salió Chiarini y la atrapó en el aire. Con un jugador menos, Boca apretaba.
A los 36´el Conejo tuvo el segundo de cabeza, totalmente solo, pero definió mal y su malaria continúa. En los minutos finales, River dispuso de campo para atacar a voluntad, aunque sin precisión para ajusticiar. También lo tuvo Mora, que la picó y pegó en el travesaño. Beligoy pitó el final con River con la posesión y Boca ya resignado.
El último Superclásico de este 2015. la alegría fue rojiblanca. Sin lucidez ni contundencia pero con hidalguía, River se llevó la Copa BBVA Francés con justicia, y un envión anímico que necesitaban para encarar la recta final del año. Boca, que padeció la falta de Carlos Tevez y los demás referentes, tiene el consuelo de los dos éxitos del verano y los dos por el torneo que está a punto de ganar, pero el últio clásico fue para el Millo.