Uno de los principales cuestionamientos que se le hizo a Marcelo Gallardo fue por qué tardó tanto en colocar a Camilo Mayada en su puesto natural , de 8. El uruguayo, proveniente de Danubio en enero de 2015, no pudo jugar en ése puesto principalmente porque estaba Carlos Sánchez, una de las figuras excluyentes del año pasado, no sólo de River, sino también de América. Cuando el Negro se marchó, ahí recién Cienfuegos pudo adueñarse del sector derecho en el mediocampo, aunque ha jugado de lateral por derecha (como en la final de la Libertadores pasada contra Tigres) y de volante por izquierda.

Éste año, flojo por dode se lo mire, el charrúa fue de lo rescatable. A su velocidad habitual le sumó su desborde, juego asociado y buenas combinaciones con Andrés D´Alessandro, uno de los pocos socios. Si bien ha sufrido cada vez que le tocó estar en al defensa, ya que no tiene buena marca ni despeje aéreo, a Gallardo siempre le pareció un polifucional, y actuó e consecuencia, utilizando a Mayada en diversos puestos, peor donde mejor le fue, de 8, siendo parte del ataque, con menos definición que su predecesor Sánchez.

En todo 2015, Mayada sólo había convertido un tanto, a Rosario Central. En éste 2016, en 16 partidos disputados, marcó dos, ambos en la Copa Libertadores: el primero fue a The Strongest, en la memorable goleada por 6-0, y el segundo a Trujillanos, en el triunfo 4-3. Los dos duelos fueron por fase de grupos y en el Monumental, con Camilo apareciendo de sorpresa por el área y ajusticiando.

No obstante, el mediocampo de River, con grandes nombres, sigue siendo un rompecabezas que aún no encaja. Mayada es titular y nadie le hace sombra (jugadores como Nicolás Bertolo o Luis González ya no están en consideración). Un punto a favor el rodaje que fue sumando, con cosas para mejorar, como más inteligencia a la hora de armar mejor las jugadas. Así y todo, fue un semestre de crecimiento para él.

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