Está a la vista, Andrés D'Alessandro no rinde de la misma manera que el semestre pasado. Mucho se le apuntó al esquema que propuso Marcelo Gallardo para esta nueva etapa, con el enganche recostado en la derecha y la función de tener que hacer el ida y vuelta, no propio de sus características. Cuando el más indicado parecía ser Camilo Mayada, el joven Tomás Andrade apareció en el radar y se volvió el cambio más anunciado.

Asimismo, es cierto que River venía de jugar el jueves y al Cabezón los años no le llegan solos. Fue un cambio lógico desde la rotación pero inesperado por lo que se vino viendo en las prácticas posteriores al avance a Cuartos de Final de la Copa Argentina. De todas maneras, se ve en Gallardo un aspecto que se le vio antes y no es positivo, el ejemplo más claro es el de Sebastián Driussi, puesto mucho tiempo como volante por las bandas y hoy asegurado en la dupla de ataque. Tanto Andrade como D'Alessandro están sufriendo el mismo síntoma que Driussi y el que las sigue pagando es el uruguayo Mayada, que siempre rindió pero nunca se ganó la confianza del DT.

Por otro lado, tanto se habló del cruce que hubo entre el ex Inter de Porto Alegre y el Muñeco cuando le tocó salir ante Banfield a los 74' de la primera fecha. Ayer a pesar de no haber sido titular dio la arenga antes de que el equipo saliera a la cancha y no se lo vio enfadado ni mucho menos. No está claro del todo si estuvo consensuado, si aún sigue para jugar partidos enteros o si está para ir de entrada cada tres días, pero su ingreso en Florencio Varela no influyó en nada ni tampoco fue bueno el rendimiento del juvenil que sin embargo peca de su inexperiencia y queda en evidencia en algunos cruces o dribblings donde con el cuerpo los experimentados defensores lo desplazan con facilidad.